NBA | BLAZERS 113 - LAKERS 136

Los Lakers frenan el 'efecto Melo' con un Anthony Davis imperial

Davis y James sumaron 70 puntos para frenar la buena racha de los Blazers, que llevaban cuatro victorias en los últimos cinco partidos.

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Blazers - Lakers
Steve Dykes AFP

Los Lakers tiene el piloto automático puesto y nadie les ha ido a decir que lo quiten. Son ya veinte victorias y sólo tres derrotas, haciendo estragos a los rivales allá donde pisan. Esta vez tocó en Portland, que tiene una ilusión renovada desde que llegó Carmelo Anthony y empezaron a jugar mejor. Los de Vogel no tuvieron piedad y pasaron por encima de los locales, 113-136 se firmó al final de los 48 minutos. 

Se empezó jugando por los aires, mucho alley-oop tirado por ambos bandos y espectáculo desde el principio. Los Blazers aguantaban bien de primeras, sabiendo hacer daño al contrario juntando buenos fuera-dentro con algo de acierto exterior. Los Lakers, por su parte, buscaban a James y Davis para que ellos lo resolvieran. 

Todo se empezó a torcer (en general; para los Blazers, también en particular) con la lesión de Rodney Hood. El jugador cayó al suelo tras un rebote defensivo por pisar mal y se echó la mano al tendón de Aquiles, del que ya estaba tocado: desgarro, como se supo después. Estaba sufriendo en defensa para contener a LeBron, pero está siendo un buen arma ofensiva durante la temporada. 

¿El golpe del partido? Algo loco, que no te esperas. Con los primeros cambios Vogel dio entrada a Rajon Rondo y se notó sobremanera su dirección, colocando a los demás en su sitio. Ese momento definitivo en el que los Lakers se despegaron lo protagonizó enteramente él, pero lo curioso fue cómo: con dos triples consecutivos y un tapón. Si sólo te lo dicen y no lo ves, no te lo crees.

Carmelo Anthony no podía hacer daño en la ofensiva ante Kuzma y, al volver Davis y pasar él al '4', también sufrió en defensa. No tuvo su noche: 15 puntos con 4/13 en tiros de campo. Como todo el conjunto de Oregón, fue un quiero y no puedo. 

La diferencia se había instalado en los 10-15 puntos tras el descanso y no iba a bajar de ahí en lo que quedaba. Los angelinos proponían jugadas algo más elaboradas mientras los locales se la jugaban a ver si Damian Lillard (29+7+8) tenía la capa de superhéroe puesta. Y no, la tenía a medias y no fue suficiente. 

Anthony Davis fue el mejor del encuentro con sus 39 puntos, a los que hay que sumar los 31 de LeBron James para que hicieran 70. Gran disposición de todo el plantel.

Los Lakers han ganado once partidos consecutivos fuera de casa, sólo perdieron el opener y fue ante los Clippers en el mismo pabellón en el que ellos juegan, poniendo una pica en ciudades que se le daban muy mal: Denver, Utah o Portland, además de forma seguida estas tres. Queda fuera de toda duda que van a por todo sin miramientos, sin especular, sin aparentar, sin descanso. Líderes de la NBA...