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LIGA ACB | BILBAO 83-VALENCIA 79

Dulce venganza de Rafa Martínez ante el Valencia Basket

Partidazo el escolta catalán ante su exequipo. Los taronja reaccionaron en la segunda parte, pero el recién ascendido Bilbao Basket, que se estrenaba en Miribilla, supo rematar la faena.

Tobey, ante Balvin
AIOL

Hay muchos casos en los que exjugadores que en el final de su etapa en un equipo apenas contaban pasan a otro y cuando te ves con ellos son tu verdugo. Entre la motivación, el orgullo y las gotas de juego que les queda, si son veteranos, la noticia suele recaer en ellos. Es lo que pasó con Rafa Martínez, el líder de este Bilbao Basket de vuelta a la cúspide. Es un histórico en Valencia pero levantó la mano para decir 'Aquí estoy yo'. Venganza en plato caliente (porque donde se jugó la temperatura sube lo suyo). Menudo zarpazo dieron él y su equipo a todo un Euroliga, una absoluta cura de humildad en Miribilla, que entra en la Liga como lo que fue: un dulce infierno para los 'hombres de negro'. Invictos, con triunfos en Tenerife y ante un campeón de Eurocup. Ahí es nada. El exinternacional estuvo mil veces mejor que todos sus herederos en el puesto de La Fonteta. "Rafa ha hecho un partido muy bueno, a partir del corazón con acierto y entendiendo lo que pasaba, va a ser un excelente transmisor de Miribilla como fue de La Fonteta y el Nou Congost, el Bilbao Basket ha hecho un fichaje extraordinario, va a ser protagonista en el espíritu que quiere tener este equipo", valoró Ponsarnau, quien definió los 20 primero minutos de sus muchachos como "un desastre".

A estas alturas ya se puede decir que la ACB no tiene nada que ver con la LEB. Y el Bilbao Basket (también el Betis), puede dar fe, ejercer de notario. En la segunda categoría los equipos se entregan más al barrizal, a las trampas tácticas, a apiñarse bajo el aro, y como no tengas abrelatas desde fuera, estás apañado. En la máxima categoría todo es más físico, el abanico de talento se amplía y el ritmo es mucho más vivo. Pero eso no quiere decir que los que se traen etiqueta de la categoría inferior son unos apestados. De hecho, en las rotaciones Mumbrú suele colocar al cinco de LEB (los cuatro héroes del ascenso más Sergio Rodríguez, que llega del Ourense), sobre el final del primer cuarto y el transcurso del segundo. Y, tienen los mecanismos tan interiorizados que, lejos de bajar pulsaciones, mantienen el nivel en una forma de jugar muy rítmica, alegre, que engancha.

El Valencia Basket se traía buenas sensaciones hasta la capital vizcaína, pero sale con ellas un tanto abolladas. Con ese equipazo en el que hay descartes y un campeón de la NBA (Loyd) deja su sitio a un medalla de oro mundial (Colom), hay un par de jugadores que cobran tanto como todo el RETAbet. La semifinal de la Supercopa ante el Barça fue fabulosa y ante el Andorra siguió en la línea de progreso. Pero en Miribilla no compareció durante el primer tiempo. El Bilbao Basket puso el listón de la intensidad muy alto desde el comienzo, con dos triples y un 2+1 de Rafa Martínez que lideró esos compases iniciales, ante su equipo del alma. Los que querían, los que ponían la pasión, vestían de negro. Bouteille anotó un triplazo sobre la bocina al final del primer acto: 28-18.

La diferencia fue creciendo en el momento de las rotaciones sin que hubiera noticias taronjas. El Bilbao dominaba todos los apartados del juego: el ritmo, la intensidad defensiva, las canastas de dentro y fuera... y, lo único que no acabó de ajustar en el estreno de Tenerife, tenía controlado el rebote bajo su canasta. El Valencia consintió 53 puntos, algo impropio de un conjunto de su calibre. No hacía ni faltas (una en más de ocho minutos en el segundo acto). El techo de la diferencia estaba en 21 puntos (55-34), tras el descanso. Ponsarnau supo bajar pulsaciones y a ritmo bajo, sus muchachos empezaron a meter a media distancia. Remontaron 12 puntos en tres minutos abriendo la puerta con Van Rossom. Balvin cometió pronto la tercera falta y perdió presencia en la pintura.

El RETAbet capeó el temporal como pudo, sabiendo que le venía un tsunami de un equipo gigante. Con dos grandes (Dubljevic y Labeyrie) más el triángulo que formaron con Vives enmarcó el Valencia el encuentro en una exhibición de derroche físico y logró poner el debate en 71-67, (-6:02) tras triple de Marinkovic. Mumbrú puso a sus cincos para encarar el músculo snemigo: Balvin y Lammers. Los papeles parecían intercambiados: esta vez los taronja encontraban sus tiradores abiertos, siempre el pase en busca de la ventaja, y si no, a generar desde la penetración del base y la conexión dentro. Un 0-12 en el último cuarto aún estrechó más el tanteo, en 73-69 con más de seis minutos consumidos. Rousselle desahogó el agobio con una canasta compleja de dos. Un triple de Kulboka y otro de Bouteille parecía dejar todo visto para sentencia: 81-74 (-1:04), pero dos pérdidas tontas aún escribieron más renglones en esta primera jornada en Miribilla. El 'instant replay' hizo su trabajo al final. Rousselle hizo una falta contundente a Dubljevic pero iba al balón y Vives cometió personal sobre Rafa Martínez en un saque de fondo. A éste no le tembló el pulso en los tiros libres decisivos: 83-79, a 14 segundos para concluir. El Valencia llevó a los vizcaínos al límite pero estos supieron aguantar la presión y rematar la faena. Salgado tuvo después un feliz homenaje. Con Raúl López y Mumbrú no hubo mucha algría por circunstancias adversas en lo deportivo, pero el eterno base se merecía semejante subidón.

Javi Salgado, con su familia
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Javi Salgado, con su familiaAIOL

Emotivo homenaje a Salgado

A la conclusión del partido, llegó un emotivo homenaje a Salgado. Hasta sus otros equipos del alma, Patronato, GBC y Estudiantes, estuvieron presentes y ofrecieron una camiseta con su nombre. El programa abarcaba imágenes del exbase desde 2001 hasta la actualidad, en su etapa en La Casilla, BEC y Miribilla. La camiseta con esos años y su dorsal permanecerá colgada en un fondo (ya se retiró una en otra ocasión pero luego se descolgó). Luego empezaron los mensajes por vídeo (Navarro y Banic fueron los más ovacionados) y se le entregó una makila (el bastón de mando en Euskadi). “He podido jugar a baloncesto, lo que más me gusta en la vida”, fue detallando micrófono en mano. El Valencia Basket permaneció en la pista respetuosamente durante casi todo el acto. “El Bilbao Basket es el club que llevo dentro de mi corazón y siempre lo llevaré allí”, prosiguió Javi, quien tenía a la gente a sus pies cuando añadió que “de las mejores cosas o la mejor que tiene este club es la afición”. Se acordó de sus padres y de su mujer y sus hijos, presentes a pie de pista a su lado. La platea exhibió un mosaico con su nombre y algunos compraron una camiseta conmemorativa. “Es un placer unirnos al reconocimiento a un jugador que ha sumado tantas cosas en una plaza como esta, con muchas adversidades en cuanto a la tipología de baloncestista, por su físico”.