Pues van tres veces, así que habrá que convenir que no se trataba de un par de malas tardes. El Araski se llevó la tercera Euskal Kopa seguida ante un Gernika que ahora mismo tiene más nomb re pero pasó en Durango una matinal sin fluidez en ataque (demostrado por sus horrorosos porcentajes), tal vez descabalgado por los constantes cambios defensivos del equipo vitoriano. El torneo tiene su miga porque vuelve a haber tres clubes vascos en la élite (cerca de ellos está el IDK Gipuzkoa) y los finalistas van labrando una gran rivalidad, ya que algunas de las protagonistas se conocen bien y esta serie de finales les va encendiendo. Euskadi es referencia en baloncesto femenino. Quevedo fue la MVP, tras una primera parte perfecta con 4/4 en triples y una canasta de dos; además puso un tapón definitivo en el suspiro final a Milic, jugadora vital para las vizcaínas pero sin ideas en el tramo definitivo.

El Gernika salió sin brillantez, ajustando mal la defensa, dejando hacer al rival. No anticipaba, dejaba maniobrar a las alavesas, que encestaban de tres con Quevedo o con buenas continuaciones para acabar bajo el aro. Aunque las vizcaínas tenían más rebote, estaban dispersas, con demasiadas pérdidas. Hubo fases de la primera parte de verdadero correcalles. Los dos eligieron meter presión a toda pista y acabar con zona. El segundo tiempo fue penoso en cuanto a anotación: 6-6 en el tercer acto. El Lointek logró por un instante frenar la transición del enemigo y realizó al fin buenas lecturas del ataque, más en estático. La entrenadora Madalen Urieta vio que cambiaba el viento favorable y forzó una técnica para cambiar el ritmo. Su equipo tiene un amor propio digno de elogio.

Lo bueno del baloncesto femenino (y las categorías LEB) es que se ven muchas variantes tácticas. El Rpk salió del decanso con dos bases para tener velocidad de anos y piernas en la zona 2-3 y más adelante los tecnicos se decantaron por dos pívots de menos centímetros: Pardo y Quevedo por un lado y Mazionyte y Roundtree por el otro. El encuentro se movió en un columpio, con alternancias para ambos. Asurmendi metió un triplazo a la salida de un tiempo muerto, recibiendo y tirando cayéndose hacia atrás: 48-43 a 2:39 para acabar. El tanteo era corto, y el que menos fallase se iba a llevar la copa. El Araski, sin referencia interior hasta fichar a una sustituta para Robinson, pero supieron valerse en la pintura con su pundonor. Ocete tuvo momentos de miopía, aunque al final pudo forzar la prórroga desde el arco de tres.