"Empiezan los dieciseisavos"
Aunque aún queda Irán, la Selección sabe que se juega su continuidad en Wuhan, donde necesitará al menos una victoria. El Preolímpico, virtualmente cerrado.
"Más que la siguiente fase, empiezan los dieciseisavos". La frase de Sergio Llull nada más terminar el España-Puerto Rico de este lunes resultó muy significativa. Por más que a la Selección todavía le falte un partido contra Irán para cerrar la primera fase, la cabeza de todos está puesta en Wuhan..., si es que no lo estaba ya. Desde que quedaron configurados los grupos el pasado mes de marzo en el sorteo de Shenzhen, quien más y quien menos en la FEB ya tenía claro que el futuro de la Selección en el Mundial iba a pasar por dos partidos a cara de perro contra Italia y Serbia que aún no tienen orden. El perdedor del Serbia-Italia se medirá a España el próximo viernes y el ganador, el domingo. Salvo sorpresa, una victoria ante Italia metería a los de Scariolo en cuartos, aunque tal vez sea demasiado pronto para hacer números.
Preolímpico casi asegurado
Salvo sorpresa, eso sí, España sí empezará con una buena noticia la segunda fase. Su clasificación para el Preolímpico podría estar para entonces asegurada. Los diez mejores europeos del Mundial tienen plaza. Para eso queda descabalgar a dos europeas (Turquía o la República Checa quedarán fuera en el grupo de Estados Unidos y Montenegro parece la mejor opción para decir adiós en esta primera fase). De hecho, a estas horas, esa clasificación ya es virtual (en Italia, La Gazzetta daba por cerrada la de Italia pese a no estar ni matemáticamente hecha).
Cuartos del Mundial
Pero si España quiere cumplir su objetivo de mínimos en el Mundial y estar al menos en cuartos, deberá ganar como mínimo uno de los dos partidos ante Italia y Serbia. Aunque habrá tiempo para escribir sobre ello, Italia es un rival imprevisible como demostró en el Eurobasket 2015, cuando ganó y dejó a España en una posición delicada. Tiene talento y muchos puntos en las manos con Belinelli, Gallinari, Gentile y jugadores versátiles que funcionan bien para el equipo como Datome, Brooks y Hackett. Le falta, eso sí, poderío interior. Ahí aparece la carta Marc Gasol, por lo que es fácil imaginarse ese "colapso" en la zona del que habla Scariolo. Lo de Serbia es, directamente, una colección de estrellas y de gigantes. Bogdanovic, Micic, Guduric, Jovic, Lucic, Marjanovic, Milutinov... Coronados por Jokic, un figurón NBA. Dos partidos, dos cruces en Wuhan y un comodín por utilizar. Esto se pone serio.