Serbia afrontaba este Eurobasket con mucha ambición. Marina Maljkovic, hija del mítico Boza, volvía al equipo tras perderse la última cita continental y, no olvidemos, con ella en el banquillo este equipo subió a lo más alto en 2015 y un año después se colgó el bronce en los Juegos de Río.

Gran Bretaña había superado todas las expectativas al plantarse aquí, en la lucha por el tercer y cuarto puesto. Eran las primeras semifinales para un equipo que hace sólo cuatro años quedó el último del Eurobasket de Budapest (de 20 equipos). No pudo hacer nada ante el anfitrión (81-55). Ni la pizarra de Chema Buceta, exseleccionador español y ahora en el equipo británico, lo evitó.

Serbia puso la directa (15-6) y aunque Gran Bretaña le aguantó el pulso, sólo pudo hacerlo hasta el descanso (40-33). Aun sin Ana Dabovic, las de Maljkovic fueron muy superiores (61-39 al final del tercer cuarto). Ni el gran partido de Temi Fangbele (23 puntos) logró bajar a Serbia del podio.