LIGA ENDESA | MARKO POPOVIC

“No me divertiré nada viendo el baloncesto desde la grada”

El croata del Montakit Fuenlabrada jugará hoy su último partido como profesional: "Si solo soy recordado por el baloncesto, es que no he hecho nada".

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“No me divertiré nada viendo el baloncesto desde la grada”
JAVIER GANDUL DIARIO AS

¿No hay manera de convencerle para que continúe?

Bueno, nunca se puede decir nunca, pero no creo.

¿Qué significa para usted el baloncesto?

Todo. Me veo en un pabellón desde que tengo conciencia. Tenía tres meses cuando mi madre me llevó por primera vez a una cancha de baloncesto: mi padre jugaba y cada semana iba a los partidos. Y a partir de los cinco estaba en sus entrenamientos y empecé a jugar con seis… son casi 31 años en el baloncesto. Es mi vida, gran parte de ella, pero no mi prioridad.

¿Cuál es?

Mi familia. Siempre. Tengo dos niños. Mi mujer está con ellos en Zadar. No conozco a nadie que no tenga como prioridad a su familia.

¿Qué consejo les daría a sus hijos si se dedicasen en el futuro al baloncesto?

Me gustaría que hicieran cualquier otro deporte. Cuando tenía 15, 17 años la gente decía que jugaba por mi padre y no quiero que les pase lo mismo. No deseo meterles presión porque mi madre, mi padre, mi abuela, mis primos, yo… nos dedicáramos al baloncesto. Si quieren, bien, siempre les apoyaré, pero no deseo ser el causante de sus frustraciones si no logran triunfar en el baloncesto. Si ellos hacen natación, me parecerá muy bien y estaré siempre para ellos.

Y Fuenlabrada, ¿qué ha sido para usted?

Puedo describirlo simplemente con una palabra: pasión. Un club modesto, de una ciudad con gente trabajadora que viene y te apoya, sabiendo cuál es la realidad del equipo: la permanencia como primer objetivo.

José Ignacio Pinilla entrevista a Marko Popovic, jugador del Montakit Fuenlabrada.

Competitividad es una de las palabras que mejor le definen, ¿le gustaría ser recordado por ese ‘gen’?

Sí, sin duda. Pero si solo soy recordado por mi etapa en el baloncesto es que no he hecho nada en mi vida. Algo habría hecho mal. Hay que encontrar algo después, seguir luchando porque la vida es muy bonita y con muchas más cosas. Me gustaría ser un ejemplo para mis hijos, no quiero que me vean ahora en casa, parado, tras realizar una gran labor en el baloncesto. Eso no lo permitiré. La vida sigue, pero desde un punto de vista diferente.

¿A qué se dedicará tras su adiós?

Quiero estar cerca del baloncesto, aunque sé que nada me va a llenar como cuando estaba sobre la cancha. De todas formas, ahora mismo tengo un gran desorden mi cabeza. No sé cómo aprovechar este último partido, no sé cómo venir, cómo prepararme porque es un encuentro diferente… el último. Tengo una gran mezcla de sensaciones: tristeza, orgullo…

¿Se ve cómo entrenador?

Estoy con el curso de entrenador. Por si acaso. El baloncesto es mi vida y he logrado muchos de mis conocimientos sobre este deporte de mis técnicos, pero eso significaría estar otra vez separado de mi familia y eso no es una opción en estos momentos.

Habla de entrenadores, ¿cuál le marcó más?

Siempre los primeros, como pasa con los amores de juventud: mi padre porque le veía jugar y mis entrenadores en Zadar. Pero he tenido grandes técnico como Joan Plaza y Kurtinaitis, por ejemplo. Pero no puede decir uno en particular, de cada uno aprendí muchas, muchas cosas.

¡Ha tenido buenos maestros!

Sí. No puedes pasar la escuela fácilmente solo con los libros. Son importantes, claro, pero los maestros son una gran parte del conocimiento en el baloncesto.

¿Quién ha sido su mejor compañero?

Los de mi club en Zadar. Nacimos y jugamos desde pequeños juntos, ganamos la Liga Adriática… hasta hoy estamos todos unidos. Tenemos una gran relación y este domingo vienen para mi último partido. Entonces, sin duda ellos.

¿Le divertirá ver baloncesto desde la grada?

Seguramente, no. He sufrido mucho en los partidos que he estado lesionado. Es mucho más fácil y divertido jugar que mirar. Ser un aficionado es duro y uno aficionado del Fuenlabrada… Los admiro mucho porque tienen una gran pasión sabiendo que casi nunca van a ganar un título, que es muy difícil. Tienen otro sentimiento.

¿Qué le faltó a su carrera?

Ganar algo con mi selección.

¿Ha tenido la carrera que soñó?

No cambiaría nada. Eso lo dice todo. Estoy muy contento porque cuando era niño soñaba con jugar en el equipo de mi ciudad y lo conseguí. Y todo lo que vino a continuación, como meter canastas ganadores, levantar títulos… y, todo ello, cobrando por algo que adoraba. ¡Qué más podría pedir! Estoy contento y agradecido. Tengo una familia que siempre me ha apoyado, que tiene buena salud… Es una bendición para mí.

¿Qué mensaje quiere mandar a la afición del Fuenlabrada?

Que lo di todo por ellos. Que estoy muy agradecido porque me aceptaron como uno de ellos.