Fear the deer (teme al ciervo). La frase de cabecera de los Bucks. Seguro que los rivales ya miran con respeto a ese ciervo capitaneado por un jugador griego que empieza a crear auténtico terror en la Liga. Y es que podemos estar ante el comienzo de un nuevo reinado, el de Giannis Antetokounmpo. El tiempo dirá si este 2019 fue el inicio de una época que ya está empezando a marcar con sus 2,11, sus 109 kilos y la sensación de superioridad que muestra ante cualquier rival que se le pone por delante.

Seguramente los Pistons no eran el equipo con las mejores armas para frenar a quienes han sido los mejores de la temporada regular. Pero la diferencia en la serie ha sido de tal calibre que hasta da cosa. En los cuatro partidos que ha durado los Bucks les han sacado un parcial de 95 puntos, la segunda mayor diferencia de la historia en unos playoffs. Esta noche parecía que podía ser el día de los de Detroit, que se fueron ganando de 6 al descanso. Y eso, visto cómo estaba siendo la serie, era un éxito rotundo. Aún aguantaron unos minutos más por encima en el marcador, pero la alegría tenía fecha de caducidad y estaba a punto de llegar. El parcial de la segunda mitad fue demoledor (42-71). Y se puede traducir en dos cosas: que los Bucks son un equipo infinitamente mejor que los Pistons y que Giannis Antetokounmpo estaba en uno de esos días en los que es mejor mirar y disfrutar.

El griego dio tal exhibición que recordó a los mejores de la historia. Sus 41 puntos no se veían en Milwaukee en un partido de playoffs desde Ray Allen en 2001. Pero lo más increíble es que los metió en sólo 32 minutos de juego. Absolutamente nadie en un partido de eliminatorias había metido tantos puntos en tan pocos minutos. A ésto le sumó 9 rebotes, 3 asistencias y 4 tapones. Sobrado es poco.

No hizo falta que nadie más hiciera un esfuerzo fuera de lo normal para ganar. Middleton (18+4), Bledsoe (16+3+5+2), Brown (9+13+6) o Mirotic desde el banquillo (12+3) estuvieron correctos. Secundarios de lujo para un jugador que apunta a ser de época. Ni el efecto Blake Griffin (22+5+6), ni la iluminación de Reggie Jackson (26+3+7). Nada sirvió para parar a un tipo que cuando le sale el partido es imparable.

Los Boston Celtics seguro que llevan tiempo dándole vueltas a qué hacer con Antetokounmpo. Los dos equipos son los únicos que han ganado 4-0 sus eliminatorias y se verán las caras en semifinales. Ésta sí que puede ser una verdadera piedra de toque para saber si a estos Bucks y a este Giannis les ha llegado ya la hora de ganar.