Era una secreto a voces, pero hacía falta que el propio interesado lo confirmase. Ha sido esta pasado noche, cuando Zion Williamson subió un vídeo a su cuenta de Instagram en la que agradecía a mucha gente (familia, amigos, compañeros de equipo, cuerpo técnico, la universidad de Duke en general) por lo que ha sido para él "el mejor año" de su vida. Y al final de todos esos agradecimientos, lo que estaba esperando todo el mundo: se declara elegible para el draft del próximo mes de junio.

Los aspirantes a llevarse el número 1 en la lotería que se celebrará el 14 de mayo ya pueden relamerse con razón. New York Knicks, Cleveland Cavaliers y Phoenix Suns son los equipos con más opciones de tener la primera elección, en la que absolutamente todos los expertos colocan a Zion. Tras ellos vendrían los Chicago Bulls y los Atlanta Hawks.

La temporada del ya ex de Duke, que se ha llevado los dos premios anuales (el Wooden Award y el Naismith Award) más prestigiosos del baloncesto universitario, ha sido histórica en todos los sentidos. Sus números (22,6 puntos, 8,9 rebotes y un 68% en tiros), sus espectaculares jugadas que protagonizaban highlights día sí día también, las audiencias millonarias (el partido de Elite 8 en el que eliminan a Duke es el más visto de la historia de esa ronda del March Madness), su problema con la zapatilla que explotó y por la que acabó lesionado (Nike perdió millones en bolsa al día siguiente)... De hecho, ese será otro de los focos de interés. ¿Qué marca deportiva se hará con sus derechos? Las previsiones dicen que puede firmar el contrato más grande de la historia para un jugador de primer año (se habla de 100 millones).

La NBA ya está rendida a Zion y Zion le ha puesto ojitos durante toda la temporada. Dijo que sería increíble compartir vestuario con Durant e Irving en los Knicks cuando jugó en el Madison Square Garden; cuando se enteró que Curry y LeBron hablaron de él durante el All Star dijo a los medios que el año que viene esperaba estar ahí para competir con ellos; y así todo el año.

No se irá solo. También le van a acompañar R.J. Barrett y Cam Reddish, sus dos compañeros de universidad que también apuntan al top-10. No ha pasado lo mismo con Trae Jones, el cuarto en discordia de Duke que sonaba para el draft y que ha decidido quedarse un año más en el equipo de Carolina del Norte.