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EUROLIGA | 4ª JORNADA

El Madrid abusa del Buducnost

Los blancos aprovechan la derrota del Fenerbahçe en la pista del Efes y son líderes en solitario a la espera de lo que haga el CSKA ante el Granca. Tavares, 14 rebotes.

Sergio Llull, uno de los destacados en el Madrid ante el Buducnost.
Sergio Llull, uno de los destacados en el Madrid ante el Buducnost.JUANJO MARTINEFE

El trío de invictos se ha quedado ya en pareja de baile, la que forman el Real Madrid y el CSKA. Los dos más grandes en el palmarés del baloncesto europeo y quizá también los dos más regulares desde que en 2016 se adoptara el formato de todos contra todos. El Fenerbahçe se cayó este jueves de la lista tras perder una ventaja de 16 puntos en la pista del Efes. Los blancos son líderes, con una victoria más que el campeón ruso, que este viernes visita Gran Canaria. La racha sigue abierta, 11-0 este curso, 26 victorias de 27 desde el regreso de Llull hace ahora seis meses exactos.

Era un duelo de perfil bajo y así lo entendió la afición, que no respondió como suele en la Euroliga ni en número ni en entusiasmo. Dzikic, entrenador del Buducnost y antiguo asistente en Minnesota, pedía control del rebote y rebajar el ritmo del juego para hincarle el diente al enemigo. En los rechaces, al menos, no cedía por goleada, pero con el ritmo no pudo. Sin embargo, en el minuto 8 los suyos aguantaban como jabatos (14-13) porque se disparaba con escopeta de feria. Earl Clark personificaba la falta de puntería. El ala-pívot, referente habitual de los de Podgorica, se estrelló esta vez: 0 de 10 y -13 de valoración.

Entre ambos equipos erraron 13 de sus primeros 17 lanzamientos y el Madrid llegó a firmar un pobre 4 de 14 en tiros de campo. Tavares era el pilar local, las metía bajo el aro y ejercía de ancla defensiva frente al tono discreto del grupo. Que el gigante se sentara (10 puntos, 14 rebotes y 3 tapones al final) obligó a sus compañeros a despertar, a cambiar el paso, y en cinco minutos el Real soltó un mandoble disfrazado de parcial: 16-4 para el 30-17. Primero era Randolph con un mate más tiro libre adicional, luego aparecían Llull y Ayón y más tarde Campazzo, que conectaba bien con Reyes.

También hay brecha en la Euroliga

La cuenta atrás para el despegue del cohete blanco estaba servida, aunque el Buducnost logró posponerla hasta después del descanso con los mejores minutos de la torre Omic. El más constante de los montenegrinos era todavía Nemanja Gordic, pieza decisiva en el histórico éxito del club el curso pasado, en el título de la Liga Adriática que le ha devuelto a la Euroliga 15 años después.

Solo fue una ralentización antes del ascenso definitivo, algo de mérito visitante y que el Madrid andaba con la mitad de sus sentidos en el parqué. Cuando puso los cinco y recuperó el acierto habitual ya no hubo nada que lo frenara. En tres minutos del tercer cuarto firmó un 10-0 y colocó el +23 (54-31). Taylor, Llull y Randolph de nuevo a gran nivel… Subía y subía y el Buducnost lo contemplaba absorto: 87-52.

Lo que para el Real era una faena de aliño, para su rival, una exhibición inalcanzable. La brecha que también existe en la Euroliga, la que permitió anotar a los doce jugadores de Laso al menos dos puntos tras repartir 28 asistencias (14 entre Llull y Campazzo) y perder solo diez balones para un total de 126 de valoración. Y la que dejó al adversario en apenas 24 puntos en la segunda parte. Quien pretenda arrebatarle la corona al Madrid ya sabe lo que hay.