Himar Ojeda ocupa el puesto de director deportivo del Alba Berlín desde 2016 tras su paso por el Gran Canaria, el Estudiantes y Atlanta Hawks. La cantera del equipo berlinés es la envidia de Alemania: esta temporada han conquistado el campeonato nacional en categoría júnior, infantil y cadete, además de tener la plantilla más joven de la BBL. Hoy (20:30), el Alba se enfrenta con el Bayern Múnich en el quinto partido por la Bundesliga, quien gane, conquistará la liga y disputará la próxima temporada la Euroliga.

¿Qué tal la vida en Alemania?

Muy bien. Berlín es una ciudad fantástica. Tienes que adaptarte un poco a la mentalidad alemana, pero es un lugar maravilloso.

¿Es muy diferente la cultura de baloncesto en Alemania y en España?

Sí. Aquí los jugadores son muy disciplinados y trabajadores en todas las categorías. Tienen menos tradición, pero son muy cumplidores y muy profesionales desde el infantil hasta el sénior

¿Esa responsabilidad y esa profesionalidad se reflejan en la Bundesliga? Parece una de las ligas más estables de Europa…

Sí, lo que más destacaría de la BBL es que cuida mucho el producto. Tienen claro que deben invertir en todo lo que rodea al espectáculo. Y eso está muy bien y claramente a mejorar en España. Eso hace que las organizaciones sean muy estables, muy cumplidoras, no hay nada que quede en el aire: está todo medido y calculado.

Eso no excluye otras cosas. Hace dos años expulsaron a un equipo de la liga porque su previsión de ingresos no era del todo seria. No estaba realmente justificada y como se preveía que acabaría en una situación de impagos, la Bundesliga decidió descenderlo a segunda directamente.

¿Cómo llega al Alba Berlín?

Cuando estaba en Atlanta, se me plantea la opción de ser director deportivo del equipo. No me atraía el papel clásico de crear solo una plantilla.  Quería un proyecto global con la cantera, una filosofía, desarrollando un proyecto y era exactamente lo que querían y buscaban. Al llegar, me encontré un sitio en el que podía planificar un proyecto en el que se creía y en el que el material humano era muy bueno. Este ha sido un año de culminación impresionante: por primera vez en la historia del club se ha ganado en júnior, cadete e infantil.

¿La figura de Aíto era indispensable para el proyecto?

La guinda del pastel. Era perfecta para la formación de jugadores. Es un entrenador competitivo y un maestro para integrar a los jóvenes en el primer equipo sin miedo y sin ningún tipo de reparo.

¿Cómo de difícil fue convencerlo?

No sé muy bien cómo le convencimos. La primera llamada fue cuando salió del Gran Canaria y su negativa fue muy rápida. No quería buscar nada. Deseaba parar un año. Y luego, al año siguiente, en febrero empezamos a insistir un poco más y hasta junio no aceptó. No fue fácil. Traté de convencerlo con que no le quedaba nada por demostrar en España. Para él fue muy importante que en este proyecto tenía la posibilidad de desarrollar a jóvenes, que es algo que obviamente hace bien y le motiva. También estaba un poco decepcionado con la poca seriedad que había en España en algunos clubes. Aíto quería un proyecto serio, que es lo que pasa en Alemania.

¿Llegar a la Euroliga reforzará o cambiará el proyecto?

Esa tesitura se plantea. Si jugásemos Euroliga lo haríamos con la mayor ilusión. Compitiendo al máximo. Pero no se puede caer en el error en una competición que es tremendamente difícil y que no tiene ningún premio para el futuro. Por eso el proyecto no cambiaría. El mundo del baloncesto aquí está contento porque hemos modificado un poco la forma de jugar en esta liga.

Usted que trabajó en Atlanta, ¿cómo ve a Doncic a una semana del draft?

Es muy bueno y tiene una dimensión impresionante. Así lo han entendido los equipos de la NBA. Entiendo que haya dudas en algunos aspectos con él, pero creo que hay que analizar el conjunto ¡Son increíbles sus logros con lo joven que es! No tengo dudas: debe salir en los primeros puestos.