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SAN ANTONIO SPURS

El conflicto Kawhi-Spurs desde dentro: la lesión y su futuro

Un artículo de ESPN saca a la luz detalles no conocidos de este caso que ha puesto en jaque a San Antonio, donde temen que su entorno fuerce un traspaso.

David Robinson y Kawhi Leonard, antes de un partido de los San Antonio Spurs.
Ronald CortesAFP

Kawhi es la misma persona. La única cosa que ha cambiado respecto a él es la gente que ahora habla en su nombre”. Es el entrecomillado de una fuente bien conocedora del conflicto surgido esta temporada entre los Spurs y su jugador franquicia, Kawhi Leonard, en un amplio y detallado artículo publicado este martes en la ESPN y firmado por los periodistas Ramona Shelbourne y Michael C. Wright.

Tras caer en Oakland ante los Warriors la pasada semana en el quinto partido, los Spurs pusieron el punto final a “la temporada más extraña y dura” (así la define Tony Parker) desde que Gregg Popovich se pusiera al frente del banquillo aún en el siglo pasado. Desde entonces, se han distinguido por ser una franquicia modélica en el seno del deporte estadounidense. Los éxitos deportivos (cinco anillos y 21 presencias consecutivas en los playoffs) y la ausencia de líos extradeportivos lo avalaban. Hasta que la lesión en el cuádriceps derecho de Leonard hizo su acto de aparición para ponerlo todo patas arriba.

Diagnósticos médicos diferentes

Como señala la citada investigación periodística, la génesis de esta fractura se encuentra en el distinto diagnóstico de una lesión que ha hecho que el alero únicamente haya disputado nueve partidos entre diciembre y enero del actual curso. El entorno del jugador mantiene que las distintas contusiones sufridas en dicha zona desde marzo de 2016 están detrás de una dolencia más grave que se manifestó a finales de la pasada campaña. El endurecimiento del cuádriceps condujo a una atrofia muscular que a su vez produjo daños en los tendones que lo conectan con la rodilla derecha. Una tesis que no compartían en los Spurs, cuyo cuerpo médico sostenía que padecía una tendinopatía. Una dolencia en el tendón que causa un efecto degenerativo en el cuádriceps al mantenerlo en un constante estado de agotamiento. Esta diferencia a la hora de señalar la naturaleza de la lesión (un problema muscular contra un problema en el tendón) es uno de los focos de tensión entre ambas partes.

Esta disparidad de diagnósticos llevó a una nueva fricción. En un primer momento fueron los galenos de la franquicia quienes asumieron la recuperación del MVP de la Finales 2014, pero la presión del círculo del jugador hizo que poco después también pasase consulta con el doctor Keith Pane, afincado en Nueva York. El 12 de diciembre Kawhi reapareció en Dallas, si bien nunca dejó de sufrir molestias. Para los médicos de la franquicia estaba curado, pero en la previa de un partido en Brooklyn a mediados de enero Popovich anunció que su pupilo pasaba de nuevo a ser baja indefinida. “No ha sufrido una recaída, pero no está en la dirección correcta”, explicó el técnico. Ahora, gracias a Shelbourne y C. Wright sabemos que Leonard aprovechó la estancia en Nueva York del equipo para visitar al doctor Jonathan Glashow. La cita con Glashow fue organizada por Mitch Frankel, el agente de Kawhi, y Dennis Robertson, su tío materno y gran apoyo desde que el fallecimiento de su padre en 2008. “Confía plenamente en él”, asegura alguien muy cercano al jugador.

Está fuera de nuestras manos, admitió entonces un empleado de la franquicia. San Antonio comenzó a estar realmente molesto por cómo había sido apartado del caso y la forma en la que lo estaba gestionando el entorno del jugador, que a su vez no entendía la reticencia del equipo a que este recibiese segundas y terceras opiniones y cómo Gregg Popovich iba a pasar a cuestionar públicamente los pasos que se iban a dar. Leonard, desplazado a Nueva York para trabajar en su recuperación, apenas se dejaba ver por la ciudad texana. “No mostraron amplitud de miras. Se han ganado una excelente reputación, pero ese ego hace que a su vez no les guste que sus jugadores trabajen con gente que no es de su staff”. “Colocaron a Kawhi entre la espada y la pared. Hicieron que pareciese el malo”. Son dos de las opiniones salientes desde el círculo de un Leonard que, si por algo se distingue, es por su timidez. Ni se prodigó ante los medios antes de la lesión, ni tampoco durante. Prácticamente todas las informaciones que han tenido a él como protagonista han llegado a través de las filtraciones o declaraciones provenientes desde los propios Spurs o su entorno, en el cual también se encuentra su hermana Miesha Slayton, gestora de la cuenta oficial del su club de fans en Instagram.

Al margen de este cóctel médico y de celos, para entender la falta de confianza entre las partes implicadas hay que remontarse a 2016. Ese es el año en el que Brian Elfus, un agente con buena relación con la dirección deportiva y cuerpo técnico de los texanos, rompió su vínculo con Kawhi. Fuentes de la franquicia reconocen que desde entonces la relación con Frankel y Robertson no ha vuelto a ser la misma. Una noción que ayuda a entender las constantes apelaciones de Popovich al “grupo” de Kawhi cuando hablaba ante la prensa.

El futuro de Kawhi, en entredicho

No es ningún secreto decir que en San Antonio vieron siempre en Leonard el sustituto ideal de Tim Duncan. Dos jugadores que huyen de los focos mediáticos y que acostumbran a hablar sobre el parqué. No obstante, el futuro del alero podría apuntar a otra dirección. Alguien muy cercano a RC Buford, el arquitecto en los despachos de estos Spurs, dice que este incluso ha perdido el sueño tratando de entender cómo y por qué la relación con Kawhi Leonard ha saltado por los aires. Tal es el temor, que diversas fuentes esperan una nueva escalada del conflicto por parte de los consejeros del jugador para forzar su traspaso. Hasta se citan posibles destinos. Tres grandes mercados como son Los Ángeles (a los Clippers les encantaría hacerse con sus servicios), Nueva York o Philadelphia.

El jugador tiene contrato hasta junio de 2020, si bien podría optar por salir al mercado en el verano de 2019. Dado su estatus, el cual nadie pone en duda, de firmar un nuevo acuerdo con los texanos estos deberían poner sobre la mesa un máximo que se traduce en 219 millones de dólares. Una cantidad importante a la que los propietarios podrían poner muchos reparos dada la reciente historia de desencuentros. ¿Darán el paso Buford y Popovich y tratarán de convencer a los dueños de que es lo correcto desembolsar ese dinero? ¿Cuál será la respuesta del jugador si finalmente la oferta se produce?

La pelota está en el tejado de Popovich. Un hombre que tras flirtear con la retirada en los últimos años, aún no ha asimilado el reciente fallecimiento de su esposa. Tal y como explica el artículo de la ESPN, Leonard tenía la intención de acompañar a su entrenador en el caso de que optase por dirigir uno de los tres encuentros disputados desde que se produjese la triste noticia. Finalmente no fue el caso, pero esto supone una muestra de que el lazo entre ambos sigue ahí. No ha desaparecido. Pese a los nubarrones y el fuego cruzado, ambos han cruzado mensajes y mantenido el contacto a lo largo de la campaña más impropia de los Spurs. A pesar de la complicada situación para el jugador, quien se ve entre la espada y la pared, y la franquicia, aún hay motivos para la esperanza.