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NBA

Jrue Holiday: de las lesiones y el drama a brillar en playoffs

El base de los Pelicans ha recuperado su mejor nivel, el que le hizo ser all star con los Sixers en 2013. En Portland dio una exhibición defensiva.

Jrue Holiday: de las lesiones y el drama a brillar en playoffs
Steve DYKESAFP

En su quinto intento, los Pelicans ganaron su primer partido de playoffs desde 2011. Su única experiencia previa era el 4-0 encajado en 2015 ante unos Warriors que ya habían puesto la proa hacia su primer anillo en cuarenta años. Un año después de aquel 2011 en el que cayeron en segunda ronda ante los Lakers, el equipo (se había ido Chris Paul) acabó en 27 victorias y se llevó a Anthony Davis, que también sumó en Portland su primera victoria en eliminatorias. Y vio lo caro que es: anotó 35 puntos, capturó 14 rebotes y puso 4 tapones. Y con todo, los Blazers casi remontan 14 puntos en 6:09 (72-86) y casi salvan un factor cancha que ahora es de los Pelicans, una de las grandes historias de la temporada, especialmente desde la lesión de Cousins cuando el equipo empezaba a carburar de verdad y estaba 27-21. De ahí al final de la Regular Season, 21-13. En total, 48 triunfos con, el dato no es anecdótico, 30 logradas en clutch time: últimos cinco minutos las ventajas en cinco puntos o menos.

Así ganaron en Portland y obligan a los Blazers a jugar al límite a partir de ahora: dicen que una eliminatoria de playoffs no empieza hasta que un equipo gana a domicilio. Pues esta ya ha empezado: con Anthony Davis en su habitual formato más propio de un cómic Marvel que de una pista de baloncesto, Rondo en su versión playoffs, Mirotic derribando mitos sobre su carácter competitivo… y Jrue Holiday en todas parte.

Un base con el que ir a cualquier batalla

Holiday ha sido uno de los secretos de la temporada (incluso promediando 19 puntos, 6 asistencias y 1,5 robos), uno de los jugadores que más ha rendido por cada palabra que se ha escrito sobre él. Al final y por el simple peso de la lógica, muchos han comenzado a pedir su inclusión en el Mejor Quinteto Defensivo y su entrenador, Alvin Gentry, le convierte en el mejor jugador de la NBA si se mezclan ataque y defensa: “Para mí, y mientras Kawhi Leonard esté fuera de las pistas, Jrue es el mejor two-way player de la NBA. Le estamos pidiendo que meta más de 20 puntos mientras defiende al mejor exterior del otro equipo, tenga el tamaño que tenga”. Y lo hace: en Portland terminó con 21 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones. Y fue un héroe híper vitaminado en unas acciones finales en las que los Blazers sufrieron una defensa con la que la enlazó hasta cuatro jugadas ganadoras en el último minuto: un robo a McCollum con 92-93 y 44 segundos por jugar y después, en tiempo de una posesión, una jugada en la que molestó a Lillard sin hacer falta, una mano con la que evitó un mate limpio de Leonard y el tapón final a Connaughton. Lillard, por cierto, acabó con 18 puntos en 23 tiros (6/23) y dio todo el mérito a “la defensa de los Pelicans”. La defensa de Jrue.

En una NBA que absorbe nuevas estrellas a un ritmo a veces histérico y en la que hay muchos jugadores de backcourt capaces de llenar de fuegos artificiales cualquier cinta de highlights, había coartada para olvidar que Jrue es un jugador extraordinario. Con continuidad y salud, uno de los bases buenos de verdad de la NBA. Número 17 del draft de 2009, jugó en los Sixers pre Proceso de los que nadie parece acordarse y fue all star en 2013, una temporada en la que promedió 17,7 puntos y 8 asistencias. Ese verano los Sixers le enviaron a New Orleans para llevarse a Nerlens Noel (en fin) y una primera ronda que fue Elfrid Payton en un viaje que pasó por el traspaso de Dwight Howard a los Lakers y que acabó dejando en Philly a Saric y futuras rondas que caerán en 2020 y 2021. Lo dicho: las cosas del Proceso.

Después Jrue ha sido un jugador frágil, de la fractura de tibia en la temporada 2013-14 (solo 34 partidos), u otra estela de lesiones que acabó en una fractura de la órbita en la temporada 2015-16. En efecto, no fue difícil olvidarse del Jrue jugador, tampoco cuando en septiembre de 2016 dejó temporalmente la disciplina de los Pelicans para cuidar a su mujer, la exjugadora internacional de fútbol Lauren Cheney (Holiday es su actual apellido tras su boda, en 2013), que fue operada de un tumor cerebral semanas antes de dar a luz a Jrue Tyler Holiday, la primera hija de una pareja que se conoció en UCLA cuando ella le pidió a él un autógrafo porque le confundió con su compañero de backcourt en los Bruins, Darren Collison.

Jrue es hijo de jugadores de baloncesto hermano de jugadores de baloncesto (Lauren, Aaron y Justin, que juega en los Bulls). Su mujer se ha recuperado bien de una intervención dramática, su hija crece feliz y él protagoniza jugadas ganadoras en partidos de playoffs de la NBA. Los que no se acordaban estarán refrescando la memoria por la vía rápida: si acompaña la salud (la suya y la de su familia), Jrue Holiday es un jugador que cualquier entrenador querría tener en su equipo. Y que vale los 126 millones por 5 años que le firmaron los Pelicans el pasado verano. Aunque entonces muchos se llevaran las manos a la cabeza.