El Baskonia sumó un triunfo de vital importancia en su carrera hacia los cuartos de final de la Euroliga. Su clara victoria sobre el Khimki unida a la derrota del Maccabi contra el CSKA hace que los vitorianos dependan de sí mismos para jugar el playoff. Faltan 6 partidos y tienen un triunfo menos que el Maccabi, pero los hebreos tienen que pasar por el Buesa Arena. Además, el triunfo contra los rusos es de esos que recargan de manera considerable la confianza, moral y el juego de los baskonistas.

Tras un mal inicio de partido, el Baskonia aplazó su aparición en el partido para el minuto 13. Hasta entonces, el Khimki llegó a manejas rentas de 12 puntos (9-21 min. 7) gracias a los 16 puntos que sumaron Shved y Gill. A Pedro Martínez no le funcionó la fórmula con Granger y Huertas juntos en cancha, el Baskonia estuvo atascado en ataque y se mostraba incapaz de parar a los anotadores rusos. Pero la irrupción de Garino y Diop cambió el decorado del encuentro.

Estos dos jugadores dotaron de una garra y una intensidad defensiva hasta entonces inexistente. A raíz de elevar de manera notable sus prestaciones defensivas y con los puntos de Shengelia y Beaubois, el encuentro se rompió entre el segundo y el tercer cuarto. El parcial fue de 38-9 para pasar del 22-32 (min. 13) al 60-43 (min. 25). Fue un trabajo colectivo, con buena aportación de todos los jugadores y reivindicación de Diop, Voigtmann o Huertas entre otros.

A partir de ahí, el Baskonia supo manejar su renta para amarrar el triunfo. La máxima diferencia fue un 67-48, y aunque el Khimki llegó a ponerse a 10 puntos al inicio del último cuarto, apareció Beaubois para, con dos triples, poner fin a 3 minuto y medio de sequía anotadora. Un Baskonia coral sumó un triunfo merecido que le acerca al sueño del playoff.