Sergio Llull fue el protagonista del segundo capítulo del programa Reyes en la Cocina, una serie de entrevistas producida por Arcos, empresa albaceteña referente en cuchillos desde hace casi tres siglos, y realizadas por el humorista albaceteño, Joaquín Reyes. El base del Real Madrid se sinceró mientras preparaba una pasta fresca con calamares y tomate: habló de sus inicios en la Salle de Mahón a su actual recuperación (se rompió el cruzado este verano) pasando por su llegada a Manresa, su fichaje por el Real Madrid, sus aficiones e incluso algún cotilleo. "El día de mi debut estaba muy nervioso. Fue en Bilbao, con el Manresa. Perdimos de veinte. ¡Y mi primera canasta no entró! Fue una bandeja, tocó el tablero, el rival hizo un tapón ilegal y me dieron la canasta…”, explica.

De niño, Llull firmó una actuación descomunal en su Mahón natal. “Anoté 71 puntos en un partido de categoría cadete. La noticia salió en internet, me convocaron con las  inferiores de la Selección y poco después el Manresa, que cuida muy bien la cantera, me fichó”. Después de conseguir el ascenso con el equipo catalán, el Madrid de Joan Plaza le fichó como refuerzo para el playoff. “Cuando me llamaron del Real Madrid no tuve que pensarlo demasiado. Era una oportunidad única. Mi sueño desde pequeño siempre fue jugar en el Real Madrid”.

De pequeño, admite, “era bastante travieso”. “Cuando iba a ver los partidos de mi padre, en el descanso saltaba a la pista para jugar y después mi madre me tenía que perseguir para que saliera y el partido pudiera reanudarse”, añade. El base menorquín tiene claro qué hará cuando se retire: “Me gustaría seguir vinculado al baloncesto y al Real Madrid". ¿Como entrenador? "Tal vez sí con niños, enseñando aspectos técnicos. Pero no me veo al frente de un equipo profesional. Son palabras mayores”.

El baloncesto se lo ha dado todo, incluso le permitió conocer a Almudena, su esposa desde este verano. “Era azafata en el Palacio Vistalegre. En el palco. Yo la veía desde lejos. Al final, conseguí su teléfono y empezamos a quedar para ir al cine y a cenar. Y así surgió el amor”. Llull también alabó a uno de sus compañeros con España, Pau Gasol.“Es un fenómeno. Un líder dentro y fuera de la cancha. Se cuida muchísimo y se entrena muchísimo para ser el mejor. Es nuestro guía en la selección”.

Hablando de baloncesto, tiene claro cuáles son las pistas "más calientes" de Europa. “Las de Olympiacos y Panathinaikos siempre son difíciles. Y sobre todo la de Estrella Roja. Meten 20.000 personas y en un lateral están todos de pie. Y la gente fuma. Parece que juegues con niebla”, remarca. Llull, en pleno proceso de recuperación de su lesión (“Va para largo, las lesiones de rodilla son complicadas”), confiesa también a Joaquín Reyes que para desconectar del baloncesto escucha “música negra y grupos españoles de rock, como Leiva y Sidecars”.

Reyes en la Cocina

Las entrevistas de ‘Reyes en la cocina’ se realizan a través de un juego psicológico. En un reino solo puede gobernar un rey, a los que históricamente se les ha deleitado con buenos manjares o bien se les ha ejecutado con comida envenenada. Joaquín Reyes es el rey de su cocina y sus invitados deberán acabar con su reinado, ganándose su confianza para encontrar el momento para envenenar su comida. Tarea que no les será nada fácil porque Reyes es un tipo muy astuto y ya está habituado a que sus comensales intenten acabar con él. La actriz Clara Lago, que a sus 27 años se ha convertido en una estrella del cine español, fue la primera protagonista de la serie.