El Madrid coge aire y deja al Barça con la soga al cuello
Los blancos ganan el Clásico por la supervivencia. Doncic, el mejor, embocó un triple desde unos 24 metros. Muy bien Felipe Reyes. El Barça desapareció en el tercer cuartoReal Madrid - Panathinaikos en directo: Euroliga playoff, en vivo
El Clásico por la supervivencia deja al Madrid vivito y coleando y al Barça herido con mal pronóstico. Solo una segunda vuelta a lo campeón puede salvarlo. Mandó el Real porque Reyes y Thompkins se crecieron en la pintura para aliviar la falta de personal. Y porque circuló muy bien el balón: hasta 21 asistencias. Y porque sus tiradores acertaron tras el pase extra: 13 triples frente a un 4 de 20 del Barça que le condenó al abismo. El suelo se abrió bajo sus pies también por la fuerza de Doncic, de nuevo el mejor: 16 puntos, 6 rebotes, 7 asistencias y... un triple desde unos 24 metros que hizo a Llull sentirse orgulloso de su discípulo.
No es igual chocar por un título que por sobrevivir. Y el arranque tuvo más de aquellos playoff de antaño por no bajar que de duelo europeo en la cumbre. Mandaban las defensas y los brazos encogidos, salvo el de Campazzo, que firmó los ocho primeros puntos blancos. Tavares taponaba a Seraphin y este se alejaba del aro para coger aire con tiritos cómodos.
Un Clásico de tonos grises que ganó color en el segundo cuarto, bajo la batuta de Doncic (8 puntos, 5 asistencias y 15 de valoración entonces), la fiereza ofensiva de Carroll para embestir a Pau Ribas y la enorme labor de Reyes (8 y 7 rebotes en ese tramo). Cuando la brecha era de nueve puntos (40-31), un tiempo muerto acudió al rescate del Barça. Mientras unos reaccionaban otros se paraban. La sucesión de pérdidas y los errores de Thompkins en los triples liberados hicieron que la tortilla local se desparramara fuera de la sartén. Casi tres minutos sin anotar pusieron a los azulgranas a tiro de dos: 40-38.
Como 'El Increíble' Llull
Una vida extra que los de Sito Alonso desaprovecharon. Campazzo volvía a imponerse y Thompkins, más intenso que de costumbre en defensa (cuatro robos), percutió a su par para meterla bajo el tablero y añadió un triple. Y luego apiló otro Rudy. Gobernaban Doncic y Facu y el balón fluía como el agua de un río bravo. Dos dianas más de Taylor y otra de Luka para cerrar el tercer cuarto. Y no una cualquiera… La embocó limpia desde unos 24 metros, casi desde su propia cesta. Al más puro estilo Llull, pero tres pasitos más atrás de la que logró él en Valencia. El Increíble sonreía de felicidad.
Aún lucía en el Palacio el resplandor de los fuegos artificiales por el hoyo en uno cuando Doncic volvió a disparar, esta vez a quemarropa: mate y falta extra. El Madrid tocó los 21 puntos (75-54) y, ya herido de gravedad, el Barça empujó con todo, a la desesperada. Quería morir matando. Navarro forzó la eliminación de Campazzo (falta sacada al base y una técnica a cada uno que enviaba al banco al argentino) y el gladiador Oriola dispuso de un triple para el 80-74. Falló y Doncic le rompió los tobillos a Claver dos veces antes de asistir a Reyes.
El Madrid respira. Bocanada de oxígeno puro que le mantiene en la carrera por el playoff (6-6) y deja al Barça al borde del KO. Necesita ganar 12 de sus próximos 18 encuentros y su balance es 4 victorias y 8 derrotas. Clásico blanco, el de la supervivencia.