Abromaitis y Allen no dan opción al Neptunas lituano
El Iberostar Tenerife sumó su sexta victoria en la Champions. Cerró el primer cuarto por detrás en el marcador (18-22), pero un parcial de 30-16 recondujo el partido.
El Iberostar Tenerife sacó adelante un partido complicado frente al Neptunas Kleipedas (90-67) en un duelo entre dos de los equipos más fuertes del Grupo B de la Liga de Campeones FIBA, en la que el conjunto canario es el actual campeón y busca revalidar el título.
El equipo entrenado por Fotis Katsikaris tardó algo menos de veinte minutos en hacerse con el control del partido, pero antes, el equipo lituano enseñó sus cartas, con un buen rebote ofensivo y buscando lanzamientos exteriores liberados.
El cuadro insular con un 8-3, tras el acierto de San Miguel y Abromaitis, se puso por delante, pero en el minuto 6 el equipo lituano, tras un parcial de 0-8, lo superó dejando clara su calidad.
El Iberostar Tenerife, que concluyó el primer cuarto tres puntos abajo (18-22), inició el segundo tiempo con un mayor orden defensivo, ajustando bien al rival que ya empezó a tener problemas para anotar.
Rosco Allen se mostraría como una de las amenazas más importante del cuadro insular, un jugador que parece haber encontrado su sitio en el equipo tras la llegada del técnico griego, no en vano el húngaro se iría al descanso con 13 puntos, máximo anotador hasta el momento del equipo.
Tras el descanso el conjunto insular dio un paso más adelante, defendió con fuerza, controló el rebote y corrió con orden y acierto para alcanzar una diferencia de 22 puntos (63-41) tras un parcial de 10-0.
En la recta final de este tercer cuarto y tras un tiempo muerto, el Neptunas Klaipeda se aprovechó de algunas dudas locales para dar un pequeño aviso a los tinerfeños y tras un parcial de 3-15 logró situarse a once puntos (77-66).
Pero en el cuarto definitivo el acierto de Tim Abromaitis y de los interiores del equipo tinerfeño -Tobey, Vázquez y Niang- hizo que el marcador se volviera a decantar claramente para los tinerfeños ante un rival ya entregado viendo que poco podía hacer.