El baloncesto en Hungría ya no son ecos de los años 40 y 60, una etapa en la que era una de las selecciones habituales en cada edición de los Juegos Olímpicos. Tras décadas de oscuridad, Hungría ha regresado y va a jugar su primer Eurobasket en 20 años, y el segundo desde 1969, después de pasar como un torbellino por la fase de clasificación: seis victorias en seis partidos (y +67 en diferencia de puntos) dentro de un grupo en el que se quedó fuera Macedonia. Esta nueva hornada del baloncesto húngaro tiene sabor ACB: el naturalizado DeAndre Kane, Rosco Allen y, sobre todo, Adam Hanga, el alero drafteado por los Spurs que acaba de cambiar Vitoria por Barcelona y que fue elegido Mejor Defensor de la última Euroliga. Él es la gran estrella de su selección, a la que ha guiado de vuelta a un Eurobasket en lo que él mismo ha considerado “uno de los hitos” de su carrera. El grupo de Cluj-Napoca no es precisamente uno de los duros de la primera fase, y con las bajas de la República Checa y la debilidad de Rumanía, Hungría puede soñar con estar entre los cuatro primeros aunque parte, a priori, por detrás de España, Croacia y Montenegro. Pero llegan exultantes y tratarán de competir al máximo en cada jugada.
Drafteado por los Spurs, finalmente no ha dado el salto a la NBA este verano como era su intención después de ser elegido Mejor Defensor de la pasada Euroliga. Lleva en España desde 2011, de Manresa a Vitoria y de ahí a Barcelona. Ahora mismo es uno de los aleros más completos del continente, un tremendo competidor.