Rusia: un gigante que necesita acabar con una crisis histórica
Desestabilizado desde la marcha de Blatt, quedan lejos los bronces de 2011 y 2012. Será un bloque competitivo: Shved, Fridzon, Kurbanov...
Vuelve Rusia, que no estuvo en los Juegos de Río, del mismo modo que no había estado en el Mundial 2014, un trance desastroso para un equipo desestabilizado desde la marcha de David Blatt y para el que queda demasiado lejos el bronce europeo en 2011 (solo dos medallas continentales desde 1999, las dos con Blatt) y el de Londres 2012. Desde allí, en picado: en las dos últimas ediciones del Eurobasket no ha podido estar en los cruces, ha sumado un balance total de dos victorias y ocho derrotas y ha tirado por tierra el prestigio del que siempre fue uno de los bastiones del baloncesto europeo. Algo que ahora quiere recuperar desde el banquillo un clásico como Sergei Bazarevich. Rusia, esta vez sí, debería estar en los partidos de eliminación, pero el grupo es peligroso y no puede permitirse sus problemas de química y falta de espíritu competitivo de los últimos campeonatos. Tiene una baja sensible por lesión, la de Sergey Karasev, pero un bloque que a priori suena muy bien y debería ser muy competitivo: Khvostov, Shved, Fridzon, Kurbanov, Vorontsevich, Mozgov… Veremos esta vez a la hora de la verdad, porque Rusia no se puede permitir más humillaciones si quiere ir recuperando, poco a poco, el terreno perdido en un baloncesto europeo que durante tantos años le temió.