El baloncesto no es desde luego el ojo derecho de los aficionados británicos al deporte. Y no parece que eso haya cambiado demasiado con los años de esfuerzo que siguieron a la elección de Londres como sede olímpica. Entre 2005 y 2012, Inglaterra, Escocia y Gales (que luego se separó de nuevo) trabajaron para convencer a la FIBA de que Gran Bretaña merecía la plaza de organizadora, y lo lograron después de jugar en 2011 su segundo Eurobasket consecutivo, el hito de un esfuerzo al frente del que estuvo el NBA Luol Deng. Después de los Juegos (con derrota solo por un punto ante España), Gran Bretaña jugó el Eurobasket 2013 y pareció desaparecer… para resurgir ahora, después de obtener billete para la próxima edición del torneo continental en un Preeuropeo en el que pasó como segunda de grupo, por detrás de la Hungría de Hanga pero por delante de Macedonia… y lo hizo a pesar de una estrepitosa derrota en la última jornada ante Luxemburgo. Ya sin apenas fondos ni empuje una vez superado el ciclo olímpico, el baloncesto británico vuelve al primer plano continental gracias a un bloque de clásicos que siguen al pie del cañón: Andrew Lawrence, Daniel Clark, Gabe Olaseni, Kieron Achara...
Ya no está Luol Deng al frente y en la fase de preparación se ha quedado fuera un Ben Gordon que con 34 años tiene ya muy lejos sus tiempos de cañonero NBA. Así que Daniel Clark aparece como la gran referencia ofensiva del equipo británico. Un clásico del baloncesto español (aterrizó en 2006 de la mano del Estudiantes) es más fino que físico y explota sobre todo su tiro exterior.
