Ucrania regresó al primer plano del baloncesto europeo de la mano de un clásico de los banquillos estadounidenses como Mike Fratello. Con él y el base, también norteamericano, Pooh Jeter, la selección ucraniana jugó el mejor torneo de su historia en un Eurobasket 2013 en el que terminó sexta, solo perdió con Francia en la primera fase y ganó a Serbia en la segunda (luego cayó ante Croacia en cuartos de final). Allí obtuvo plaza para el Mundial 2014 (los Juegos Olímpicos son la única gran competición que se le resiste) y allí, por ahora, ese prometedor pico que no tuvo desde luego continuidad en el Eurobasket 2015, donde compitió con el equipo más joven de todo el campeonato: sin Pooh Jeter (el estadounidense era Jerome Randle) y sin Mike Fratello, Ucrania solo ganó un partido de la fase de grupos y fue antepenúltima. Los buenos tiempos no habían tenido continuidad. Ahora tiene opciones de meterse entre las cuatro primeras básicamente porque compite en un grupo accesible y con muchas incertidumbres a la espalda (en teoría) de Lituania e Italia. No hay jugador nacionalizado aunque la Federación intentó de todas las formas el regreso de Jeter, al final no pudo ser, y el seleccionador Eugeny Murzin trata de recuperar el espíritu de 2013 para que Ucrania enseñe otra vez su mejor cara a toda Europa. Su gran baza tendría que ser el juego interior, pero hasta esa línea llega muy debilitada con las bajas de, sobre todo, Len y Fesenko.
El juego interior tendría que ser la baza de Ucrania pero las bajas, Fesenko a la cabeza, limitan mucho a un equipo que se apoyará en Kravtsov, un rocoso pívot que tratará de reivindicarse cuando parece que ya tiene sus mejores años de baloncesto a la espalda. Ex de Valencia y Zaragoza, también pasó sin suerte por la NBA (Detroit y Phoenix).
