Algo que podría convertirse muy pronto en realidad tras el magnífico encuentro protagonizado ante Turquía (72-46) por un equipo que saltó a la pista pleno de confianza a la hora de poder apuntalas los cimientos del triunfo. La mejor muestra de ello fue un primer cuarto en el que España fue un auténtico todoterreno capaz de hacer de todo y, lo más importante, de hacerlo casi todo bien. Con Aixa Wonne inaugurando el marcador a golpe de triple, el 3-2 inicial fue lo más cerca que pudo ver la selección otomana a una España que, a partir del 8-4 comenzó a volar en el marcador. Los primeros puntos de Natalia Rodríguez, una canasta con rectificado en el aire de Serrat, el acierto exterior de Alba Prieto pero, sobre todo, la alta intensidad defensiva, permitieron a España firmar un parcial de 16-2 en el que prácticamente todas sus jugadoras se sintieron partícipes con el movimiento constante del banquillo por parte de Madelén Uriera (24-6).