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FINAL FOUR EUROLIGA | CSKA MOSCÚ 78-OLYMPIACOS 82

El Olympiacos vuelve a ser la peor pesadilla del CSKA

El equipo griego se clasificó para la final. Los rusos han perdido en las últimas cuatro Final Four en las que se han enfrentado a los helenos
Llull: segundo título y camino de dominar la Final Four

Vangelis Mantzaris, jugador del Olympiacos tras anotar un triple.
Vangelis Mantzaris, jugador del Olympiacos tras anotar un triple.Juan Carlos HidalgoEFE
EUROLEAGUE

Otra vez más y ya parece un chiste. Como ocurrió en Estambul 2012, Londres 2013 y Madrid 2015, el Olympiacos ganó al CSKA Moscú en la Final Four. Y como sucedió en Inglaterra y España fue en la semifinal y con un patrón conocido: llegando desde atrás, con Spanoulis versión Kill Bill en el momento exacto y cuando los moscovitas tenían el control total del partido en cuerpo y mente. Pero este equipo es eterno. Una pesadilla en los sueños de Itoudis y sus chicos. Nunca muere del todo. Siempre tiene un halo de aliento que toma del Genio de Larissa. O de Printezis. O de Green. Da igual. Siempre regresa del inframundo y ya suma tres Euroligas en cuatro finales en los últimos siete años. En la quinta se jugará cuarta ante el Real Madrid o el Fenerbahçe.

Este partido lo ganaron sin alardes y sinHackett ni Lojeski. Con orden, garra, un escalofriante control del rebotes ofensivo (18) y aprovechando la enésima dejadez rusa en los encuentros vitales. Otra costumbre europea. El CSKA, uno de los mejores equipos jugador por jugador desde hace ya mucho tiempo, cae irremediablemente una y otra vez en el momento crucial. Es carne de cañón cuando la presión aprieta: entra en pánico, se hunde y como resultado solo tres Euroligas en 15 Final Four.

El guion fue el ya acordado hace cinco años en el mismo escenario del encuentro de hoy. Aunque sin remontada de 19 puntos. El Sinan Erdem Arena vio como el duelo se movía a través de la avalancha inicial del CSKA para luego resolverse a favor del Olympiacos. Por los impulsos de Teodosic vivían los rusos y morían los griegos en la primera parte. Por dentro (15 puntos) y por fuera (3/5 en triples), el serbio maltrataba a unos helenos perdidos en Estambul: sin ritmo, sin acierto y sin ideas, chocaban contra el orden fijado por Itoudis y ejecutado por su juego interior que solo sufrían con la insistencia de Printezis. El pívot resolvía las múltiples dudas de los suyos, muy descacertados (10/31 en tiros de campo) y que buscaban sin suerte la magia de Spanoulis: solo cuatro puntos en 20 minutos, todos desde el tiro libre. Su primera canasta en juego fue a 7:20 del final.

De esta forma, el CSKA despegaba en el marcador. Cinco puntos seguidos de Teodosic daban la primera gran ventaja del partid (18-9)… y diez consecutivos en el segundo cuarto, la siguiente (40-27) tras un parcial 18-7 en seis minutos. La oleada final de Mantzaris y Agravanis desde el triple abrían la puerta a la esperanza para la vuelta del descanso (40-33).

Papanikolau abría el tercer cuarto con el duelo en sus manos (10 puntos en 10 minutos) y con Mantzaris y Agravanis repitiendo acción, pero cambiando el orden de intervención, en los instantes finales del periodo. Solo Higgins aparecía para Itoudis. De Colo se disipó (10 tantos al descanso, 16 al final) y Teodosic, aunque mejor, no le andaba a la zaga. Sería Aaron Jackson quien recibió la llegada de Spanoulis al duelo repeliendo sus nueve punto seguidos que permitieron empatar y poner por delante al Olympiacos a 37 segundos del final (73-74). Green remató desde el perímetro (76-79) una semifinal que dejó en evidencia a Teodosic. No leyó la última jugada. Lanzó un triple sin sentido con diez segundos de posesión y solo tres abajo. El síntoma de un problema que se creía curado en Berlín.