Laia Palau se retirará después del Eurobasket de Chequia
La veterana base española disputará también antes de su adiós definitivo al mundo de baloncesto la Euroliga femenina con el USK Praga.
La jugadora de baloncesto Laia Palau, medalla de plata en los JJOO de Río con la Selección española y base del USK Praga, dirá definitivamente adiós a la alta competición tras la fase final de la Euroliga, a mediados de abril en Ekaterinburgo, y el Eurobasket, que se disputará en verano en suelo checo. "Me retiro del (USK) Praga y en Praga con la selección y con el club, con la intención de competir al máximo, como siempre", dijo hoy la jugadora en una entrevista con Efe en la capital checa, donde se disputará el campeonato europeo de selecciones.
"La selección, que forma parte de mi vida desde hace muchos años, es algo que me ha generado muchas dudas este año. Pero por parte de la federación, por parte del equipo técnico, por parte de mis compañeras, he recibido en todo momento llamadas para seguir", señaló la barcelonesa. "Lo más grande que me ha pasado en la vida es la plata de las Olimpiadas, ya que no se había conseguido nunca, y sin perder ningún partido, solo contra Estados Unidos", recordó.
Sobre el colectivo que prepara Lucas Mondelo, la veterana base catalana dejó también claro que "es el mejor equipo" en el que ha jugado. "Tenemos buen rollo, hay mucha calidad, creo que trabajamos humanamente muy bien", añadió. Y reconoció asimismo que es "especial" despedirse de ese equipo en Praga, en un torneo en el que hace dos años, en Budapest frente a Bielorrusia, consiguieron el bronce. "Para mí es especial porque es en Praga y si juego una Euroliga aquí y el Europeo es en junio, en mayo ya nos concentramos, entonces para mí es como una prolongación de la temporada", señaló.
Palau, que estuvo rumiando su marcha para recalar en aguas más tranquilas, sin selección ni euroligas, lo hará tras un envidiable palmarés, pues ninguna otra jugadora española tiene una colección tan completa de medallas como ella.
La barcelonesa consiguió dos metales en mundiales (bronce en 2010 y plata en 2014), seis en Europeos (oro en 2013, plata en 2007 y bronces en 2003, 2005, 2009 y 2015), un bronce en los Juegos del Mediterráneo (2001) y laa dos Euroligas de clubes con el Ros Casares (2012) y su actual equipo, el USK Praga (2015).
Lleva cuatro temporadas al máximo nivel en el club checo, asiduo de la Euroliga, y en las series decisivas de este torneo, Palau, de 37 años, ha formado parte del núcleo duro que no rota, y que la técnica Natalia Hejkova comanda "sin piedad", dijo. Así fue la última serie del "play off", frente al Nadezhda Oremburgo que entrena Roberto Iñiguez, donde Palau disputó casi todos los minutos, y lograron pasar a semifinales. "Esta serie ha sido una de las mas duras de las que he jugado en mi vida, porque fuimos al tercer partidos con dos viajes a Rusia, y el Oremburgo es un equipo muy duro", explicó.
En el pabellón DIVS Sport Hall de Ekaterimburgo se verán las caras en semifinales con el Dinamo Kursk de Lucas Mondelo, que vapuleó a las checas en Praga durante la fase de grupos, en un partido para olvidar. "Más que mérito suyo, fue por demérito nuestro. Nosotras no estuvimos", dice Palau sobre esa dolorosa derrota por 49-73 en el Pabellón Kralovka.
"Es un equipo que está un paso por encima nuestro, tiene más jugadores y de más calidad en bastantes sitios, pero también pueden tener malos días. No son tan invencibles, pero si te despistas un poco te meten de diez", añadió Palau sobre el equipo de Anna Cruz. Si pasan a la final, podrían verse las casas con el Ekaterimburgo, con el aliciente de haberles ganado ya en la final de este torneo en 2015 y en la Supercopa de 2016.
Las rusas no tenían entonces a la estadounidense Diana Taurasi, aunque sí a las españolas Alba Torrens y Silvia Domínguez. En octubre, tras abandonar la alta competición, Palau cuenta con jugar en algún equipo de la liga australiana, preferentemente de Sydney o Melburne. Pero la actual dirección técnica del USK ha asegurado a Palau un sitio como entrenadora en Praga, en el caso de que algún día quiera volver.