FINAL COPA | REAL MADRID - VALENCIA
El Real Madrid de Laso firma un póquer de Copas histórico
Enorme partido ante un gran Valencia y cuarto título seguido para los de Laso. Llull (8 puntos en 1:00), imprescindible para conquistar el trofeo.Real Madrid-Barcelona :Final Copa del Rey 2018
Ganar y emocionar, transmitir pasión, entrega y fe sin límites es el santo y seña de este Madrid campeón, devorador de títulos que vive una segunda época dorada. Es el Madrid de los desafíos casi imposibles, de la ambición sin fin, de los récords. Es el Madrid de Sergio Llull. Diez puntos al final, ocho en un minuto, para elevar a su equipo, para ser el MVP y ganar su cuarta Copa consecutiva, una gesta inédita con el formato de fase final.
Cuatro trofeos coperos, uno detrás de otro, cinco en seis años desde el advenimiento de Laso. Un puñetazo en la mesa del palmarés: son ya 27 por 23 del Barça, ocho del Joventut y seis del Baskonia. El título 27 llega con la victoria número 15 en la Copa en los últimos 16 partidos, una cuenta que arrancó con el ‘Maracanazo’ en el Sant Jordi 2012. Aquel éxito cerraba una sequía de 19 años. Exhibición de músculo durante un lustro, pero sobre todo de capacidad de reacción, de instinto de supervivencia. El de esta Copa, por ejemplo. Porque para ganar al Valencia Basket el Real tuvo antes que sobrevivir con las fuerzas al límite, con la mochila al hombro de las dos prórrogas previas. Primero tras remontar 16 puntos al Andorra y luego ocho al Baskonia en menos de tres minutos. Nunca dejó de creer: 99, 7 puntos de media. 22,3 de Llull y 21,7 de Randolph. Qué bárbaro.
Ambos equipos llegaron con el yoga hecho de casa. Sin nervios. Buen baloncesto e ideas muy claras. El Valencia pasaba y bloqueaba a la caza del desajuste interior. Dubljevic hacía una gran labor, también San Emeterio. El rival respondía con serenidad. Llull manejaba el cotarro, pleno de energía y a la vez flemático. Medía muy bien el ritmo y los acelerones. El talento de Randolph (10 puntos y 16 de valoración en el cuarto) y la entrada de Ayón abrían brecha: 20-13. Calma.
El Valencia no se descompuso. Perseveró en la amenaza y abrió el balón al perímetro. Doncic le daba un buen relevo a Llull, aunque fue con la vuelta del menorquín, y con Nocioni, cuando la renta creció: 40-30. El control de la situación, sin embargo, se le escapó por la gatera de los rebotes, los que caían bajo su aro. De nuevo como al principio, o casi: 47-45. Reyes había salido de titular tras viajar a Madrid y volver por el nacimiento de su segundo hijo. Repitió en el tercer cuarto.
Nadie sacaba los pies del tiesto. Cada uno clavaba su ejercicio de gimnasta. El eje ‘Saneme’-Dubljevic a Laso le parecía el del mal, a Martínez, bendición del cielo. Enfrente ‘Titán’ Ayón, que sí iba esta vez con determinación al aro. Su equipo boqueaba, cansado, y el Valencia cargó con todo, con Oriola y Will Thomas. Apabullaron en el rebote (39 a 23) y subieron la apuesta. Presión en todo el campo tras saque de fondo. A la carga con lo que quedaba: 68-68.
El pulso se invertía. Al Madrid se le encendía la reserva. Y cuando eso pasa… toca rearmarse como bloque. Cabeza fría para apuntalar las debilidades y leer las virtudes. ¿Qué creen que ocurrió? Talento al rescate. Triples de Carroll (2), Llull y Doncic, más tres tiros libres del chaval sacados de la manga. Y un tirito lejano de Randolph para sobrevivir, para asirse donde fuera. Iban con el gancho, era la ocasión de oro del Valencia, la del título, 87-85 y… Llull, Llull, Llull. Triple, gran entrada y de nuevo triplazo en menos de un minuto. Y luego dos libres para amarrar la Copa, o parecerlo. Porque un triple de San Emeterio y un robo de Sastre casi voltean la tostada. Pitaron campo atrás y no lo era. Rectificaron. Al Valencia le restaban 9 décimas. Van Rossom ni lanzó. Diez tantos de Llull para firma el póquer, la cuarta seguida, la vigesimoséptima en el palmarés. Histórico. MVP.