La selección de baloncesto australiana, los Boomers (apodo), será el rival de España en la pelea por el bronce. Un equipo trabajado en el que los detalles tienen una importancia capital. Cinco jugadores con contrato NBA en vigor, Andrew Bogut, Matthew Dellavedova, Patty Mills, Baynes e Ingles, cuatro anillos de la mejor liga de baloncesto del mundo, mucha experiencia (aunque no en torneos internacionales) y un barco como punto de inflexión.

Tal y como publicó Sports Illustrated hace solo unos días y gracias a una foto que colgó el propio Patty Mills en su cuenta personal de Twitter (la que encabeza esta noticia), hemos podido saber que los australianos NBA son como una gran familia. La cultura aussie tiene cada día más importancia en la NBA (no dejan de llegar grandes talentos: Ben Simmons, Thon Maker...), y sus jugadores, que han dejado grandes momentos de baloncesto en estos Juegos Olímpicos, decidieron hace meses que este torneo sería especial.

Mientras todo el mundo NBA daba vueltas a Toronto el pasado mes de febrero (allí se celebró el último All Star), los siete australianos que en ese momento jugaban en la liga estadounidense  decidieron que era el momento de tomarse unas vacaciones familiares. Acompañados de sus parejas, quedaron en San Diego para disfrutar de unos días. "Fue genial. Somos siete en la NBA. Crecimos jugando juntos, así que poder quedar para pasar el rato es realmente genial", comentaba Mills a Sports Illustrated el pasado mes de abril.

En Río no ha podido estar Dante Exum por lesión, pero los demás han demostrado un nivel de compenetración altísimo. La química, que tantos años ha sido también santo y seña de la Selección española, es la bandera de este equipo australiano. "No tenemos tipos que digan 'eh, yo necesito 20 tiros por partido. Soy el que manda aquí'. Ahí es cuando aparecen los problemas de los equipos nacionales", aseguró Bogut.

Además del viaje a San Diego, los Boomers NBA (menos Bogut, tocado entonces) se concentraron con el resto de su selección en un viaje organizado por Mills a Uluru, una formación rocosa, sagrada para los aborígenes, que tiene más de 600 años y que se encuentra en el centro de Australia. "Las cosas que hacemos nos dan un nivel de entendimiento más profundo sobre jugar para Australia y jugar los unos para los otros", apuntó el eléctrico jugador de los Spurs (SI.com).

En definitiva, la nueva cultura de baloncesto australiana (sin las promesas que llegarán en Tokio), la de los cuatro anillos NBA (Baynes, Bogut, Dellavedova y Mills), amenaza el que sería el tercer metal consecutivo de la Selección en unos Juegos. Una primera fase impecable, susto a Estados Unidos incluido, paliza a Lituania en cuartos y de cabeza contra la muralla de competición que es Serbia en las semifinales. Hay Boomers para rato.