España cae en la prórroga y peleará por el bronce

España cayó en los últimos segundos de una prórroga de infarto ante Turquía en la lucha por alcanzar la final del Mundial sub-17 y tendrá que jugar por la medalla de bronce. Ambos equipos disputaron un encuentro con mucha tensión que no se decidió prácticamente hasta el último segundo y en la que los tiros libres acabaron decantando el partido para el conjunto otomano. El conjunto hispano dominó los primeros minutos del enfrentamiento gracias a su acierto en los lanzamientos y a las contras llegando a alcanzar una renta de ocho puntos (7-15) en el minuto 7, pero las pérdidas de balón y los cinco rebotes ofensivos capturados por los otomanos, que significaron puntos para estos, igualaron las cosas.

Un parcial de 9-1 para Turquía en apenas dos minutos gracias a su dominio en la pintura, donde España sufría mucho, equilibró el marcador (16-16) para terminar los diez primeros minutos con los propietarios del terreno un punto arriba (18-19). El arranque del segundo parcial no pudo ser mejor para el equipo de Alejandro Martínez, con un 0-6 de inicio, gracias al acierto exterior, a que no se perdieron balones y al buen control de los rebotes.

El pívot Duran, que con sus 2.05 y su volumen había creado tremendos problemas a España, fue controlado gracias a las ayudas defensivas y, anulado durante bastante minutos, Turquía se vio obligada a los lanzamientos lejanos en donde no estuvo acertada.

Esto propició que España, con el pulso fino, (44% de acierto en triples y 67 en tiros de dos) abriera brecha en el electrónico y llegara a tener hasta 16 puntos de renta (24-40) en el minuto 28. Sin embargo, de ahí al descanso los turcos consiguieron recortar ligeramente la diferencia (31-43).

Tras el intermedio España mantuvo las distancias en los primeros minutos pero la defensa de su oponente subió varios grados de intensidad y las cosas comenzaron a variar. Además, volvieron a cargar el juego sobre Duran que se mostró muy efectivo, mientras que los españoles se olvidaron del juego interior y lo fiaron al exterior, en el que perdieron efectividad, lo que tuvo como consecuencia que se que apretara el marcador (53-57).

En el cuarto parcial los nervios estuvieron a flor de piel en todo momento con bastantes errores de unos y otros y con el equipo foráneo colocándose por delante a falta de 3:46 para el final por primera vez en todo el encuentro (64-63). A partir de ese momento se produjeron alternativas para unos y otros con los hispanos logrando dos puntos de ventaja a falta de 14.7 segundos y con Turquía, que después de varios palmeos, consiguió forzar la prórroga en el último segundo. Esta se convirtió en un rosario de tiros libres, primero por acciones de juego y luego por faltas tácticas, en los que Turquía estuvo más serena y acabó decantando el partido a su favor.