El Madrid gana a lo campeón con defensa y un gran Carroll
Los blancos se medirán al Fenerbahçe en cuartos tras desarmar al Khimki. Dejaron al equipo ruso en 21 tantos en la segunda parte. Reyes y los Sergios, muy bienReal Madrid - Brose Bamberg: Euroliga 2018
Real Madrid 83-70 Khimki Moscú | Había que pisar las brasas ardientes sobre el parqué del Palacio y el Madrid lo hizo con confianza y paso firme. Si hay presión por ganar un título, imaginen el abismo cuando el riesgo es descarrilar antes de tiempo. Pero no ocurrió porque el campeón se agigantó de nuevo en día clave. En el filo entre el fracaso y el triunfo de la obligación, se agarró a la victoria. Otra vez, como viejos conocidos. Entró al duelo a cañonazo limpio, con 8 triples en el primer cuarto, y acabó de desarmar al Khimki con defensa, como en los días escogidos. Pocos, muy pocos este año, pero oportunos. Pasó en la Copa y lo vimos este jueves.
En el minuto 15, Tyrese Rice, verdugo en la final de 2014 al frente de un Maccabi enardecido, llevaba 22 puntos. Volaba sobre la pista: 4 de 5 en triples cuando en las doce jornadas previas apenas dibujaba un 13 de 59 en su estadística. Ni Llull ni Rivers ni Carroll, tampoco Sergio en una acción aislada, podían con él, hasta que pudieron. Su vigilancia pasaba ahora por las manos y la inteligencia del Chacho. Y por las piernas y el corazón de un Llull bien respaldado por Ayón. Dusko Ivanovic le dio un respiro a Rice y antes de llegar a sentarse ya estaba en pie, de vuelta a la acción. En los dos cuartos y medio restantes solo añadió dos tiros libres. Los de Laso mojaron la dinamita rusa hasta inutilizarla: 21 tantos en la segunda parte. Un registro muy pobre para el segundo mejor anotador del Top-16.
Gran trabajo colectivo para atrapar al vuelo el último billete del playoff de cuartos de final, que arranca ya el próximo martes en Estambul (19:45, Canal+ Deportes). Espera el Fenerbahçe de Obradovic con ventaja de pista (2-2-1).
Músculo ofensivo, puro talento. La descripción sirve para el Madrid pero calza a la perfección en los pies del Khimki. Probablemente las dos plantillas con más calidad ofensiva de Europa. Y puestos a jugársela a vida o muerte en una batalla decisiva, mejor no traicionar los principios. El Madrid sacó la caballería con esos ocho triples de inicio (¡de diez intentos!) y los de Ivanovic respondieron con 12 de 13 de dos: 33-28, camino de un 132-112 que se quedó muy lejos del 83-70 final.
El duelo de pistoleros entre Carroll y el megapagado Shved resume parte de lo ocurrido. Boom Boom terminó con 23 puntos en 22 minutos (llevaba 20 en 14) y el ruso hizo 6 con 1 de 8 en triples. Nefasto. Vimos además a Felipe Reyes anotar un 3+1. Otra medalla en la pechera del capitán blanco: 18 puntos, 8 rebotes y 22 de valoración. Se fajó con Augustine y Davis y supo sujetar a Monia, pieza escurridiza, a lo Doellman. Y elocuentes los Sergios al timón, 16 asistencias entre ambos para neutralizar la enorme influencia de Rice. El ritmo fue suyo y la victoria también. Funcionaron las ayudas, pese a las molestias musculares de Ayón en la pierna derecha, y lo que Rudy no metió delante se lo intentó restar a Shved y al Khimki detrás. Como hicieron Rivers y Nocioni, y también un utilísimo Willy, perfecto al quite con un relevo decisivo al mexicano en la primera parte. El campeón sigue vivo, muy vivo.