Exhibición en Madrid de un Baskonia que vuelve a la élite
Se esperaba a Bourousis, también a Adams y James, pero fueron Blazic, Causeur y Bertans los artilleros. Defensa y rebote. El Madrid perdía por quince y se puso a uno.
El grupo de la muerte tiene lema: no hay jornada con tregua. Zafarrancho de combate, de principio a fin. Y en esa exigencia física el Laboral Kutxa saca la cabeza y hasta el pecho. Juego directo, veloz. Ganó la semana pasada en el Palau y este viernes en el Barclaycard Center. Antes, al CSKA en el Buesa. El Baskonia está de vuelta, en la superélite europea un lustro después.
Llegaba con Bourousis amenazante, con dinamita en el puesto de base (Adams y James), pero los puntos los metieron otros: Causeur y Bertans de salida y luego Blazic. Equipo delante y detrás, con una defensa que sacó al Madrid de ritmo. Y con pulso, porque supo rematar al final, cuando los blancos amagaban con remontar 15 tantos (del 41-56 al 63-64 en apenas nueve minutos). Lo hizo asaltando el tablero rival mientras Felipe Reyes lo veía desde el banco, lesionado en el hombro derecho en el tercer cuarto. Otro más de los del verano épico que cae. Son jugadores, no máquinas.
El Madrid llegó a vislumbrar la orilla (63-64, a 4:50), pero le pasó factura tanta brazada heroica. Desgastado en su carrera a la desesperada contra el crono y el marcador. El quinteto que le llevó a soñar (Llull, Carroll y luego Sergio, Taylor, Nocioni y Willy) ya no daba más de sí. Los de Perasovic demostraron aplomo. Bourousis no tenía el día, aunque supo hacerse útil cerrando su aro. Hanga le copió y, además, cargó en pintura ajena para atrapar varios balones claves (40 a 48 en rechaces, once ofensivos por bloque).
El Baskonia colocó el listón de la intensidad, y lo puso altísimo. De nuevo mira de tú a tú a los grandes de Europa. Así tomó Madrid y así emerge en este grupo letal. El Real, en cambio, vuelve a zambullirse en un mar de dudas. La rampa pica hacia arriba tras cerrar cuatro partidos seguidos en casa con un pobre balance: 2-2. Completará esta primera ronda en Moscú, ante el Khimki, y luego le aguarda una segunda vuelta de aúpa (cinco salidas más CSKA y Khimki en el Palacio). Osadía es lo mínimo que se le pedirá.
Este viernes extravió el rumbo pronto, en cuanto Ayón perdió el tono inicial (bien Diop) y se comprobó que los Sergios no andan finos (Llull, fallón en ataque y Rodríguez, en defensa). Rivers y Carroll no eran alternativa, sin duende esta vez (0 de 7 entre ambos desde el triple). Con el KO garantizado, Laso recurrió a la presión y puso a Taylor sobre el base. Frenó a James y dejó un resquicio a la esperanza local. Willy entreabrió un poco más la puerta con 7 tantos y dos tapones de carrerilla. Batía a Bourousis hasta que el oso griego gruñó y Blazic sacó las castañas del fuego. Como hace un mes en la Liga. Valiente y directo. Mucho Baskonia.