CSKA MOSCÚ 95 - REAL MADRID 81
De Colo rompe a un Madrid que no puede con los grandes
El francés anotó 28 puntos y Teodosic sumó otros 23. El equipo blanco se puso a cinco pero se hundió al final. Rivers (23), muy destacado.
Del espejismo inicial al dominio del CSKA de cabo a rabo. Sólido, como el pequeño gran pívot Hines. Más bloque frente a un Madrid que se busca sin Llull y Rudy y no se encuentra. Una de cal y dos de arena en pleno ajuste. Los errores, muchos tontos (incluyan ahí varias de las 17 pérdidas de balón), le condenaron. Falta sinergia de grupo. Derrota prevista, derrota sellada. No hubo sorpresa. El octavo traspié del curso en nueve partidos ante uno de los grandes, ante uno de los adversarios que peleará por los títulos. De la lista solo ha vencido al Fenerbahçe.
El francés De Colo, ejemplo mayúsculo de jugador total en el perímetro, quebró al Madrid (28 puntos, 7 asistencias y 29 de valoración) y el serbio Teodosic se unió a la fiesta, aunque su gesto rancio nunca invite a celebraciones (23, 7 y 29). Entre los dos pusieron el broche, el 10-0 de parcial —cinco tantos por barba— que finiquitaba la batalla (85-70). Enfrente, un gran KC Rivers (23 con 5 de 7 en triples) y las lecciones aceleradas que recibe Doncic (12 y 5 rebotes).
El duelo de potentados europeos, quince títulos entre ambos, había arrancado con una versión notable del Madrid. Bien atrás y brillante en ataque con la clarividencia de Sergio Rodríguez (13 asistencias, fácil ante Teodosic peor frente a Kurbanov), la contundencia de Ayón y el acierto de KC Rivers. Máxima renta visitante: 10-16 y 12-18. Pero pronto Teodosic, suplente a lo Papaloukas, agarró el timón y conectó con el genial De Colo. El resto lo hizo la entrada de Vorontsevich, que era duda. El ala-pívot ruso, rey de la finta, abrió el campo y dio volumen a su equipo, como la permanente. Catorce tantos del ejército rojo en cinco minutos y paso al frente (22-20).
Los mejores momentos de De Colo estaban aún por llegar. Qué clase. Los peores del Madrid, también. Atascado en ataque, despistado atrás. El broncazo se lo llevó Doncic por no marcar jugadas. Era cierto. En vez de arrugarse, respondió con un buen pase y tres triples que ponían al Real a uno: 42-41. Sin embargo, una pérdida y una técnica por aquí (a Nocioni), un rebote cedido y un error por allá, devolvían un marcador rotundo al descanso: 50-41.
Rivers se ponía la careta de Llull y de Rudy a la vez para tratar de esconder la realidad: su equipo nadaba en un mar de pérdidas, con Carroll anulado y Thompkins, Ndour y Taylor aturdidos. La brecha se redujo a cinco (69-64 y 75-70 a ocho minutos del final) y luego se abrió hasta los 21 (95-74). Tramo nefasto del Madrid que minimizó el daño final, por el average: 95-81. No escampa, no aún.