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ASIABASKET

Palestina sonríe con Sani Sakakini, su primer profesional

El equipo se clasificó por primera vez para un Asiabasket y ya acumula dos triunfos (ante Filipinas y Kuwait). El pívot promedia 23,5 puntos y 11 rebotes.

Sani Sakakini, el líder de Palestina.
FIBA Asia

Palestina hizo historia al clasificarse por primera vez para un Asiabasket, pero la selección revelación en la cita asiática no se conforma. Dos partidos y dos victorias: ante la Filipinas de Blatche (75-73) y frente a Kuwait (90-69). Parte de culpa de este éxito la tiene Sani Sakakini, el primer jugador profesional nacido en Palestina. Un center en un cuerpo de alero, que fue el máximo reboteador en la Liga china hace dos temporadas y compartió entrenamiento con Pau Gasol en Los Ángeles el pasado verano. “Era muy alto”, recuerda sobre el español.

Sakakini creció en una familia de deportistas. Todos jugaban al baloncesto, salvo su hermana y le encantaba sentarse en el salón a ver vídeos de partidos NBA con su padre. “Algún día me verás allí”, le decía ante la mirada jocosa de su progenitor, que le repetía que no había ningún jugador profesional en su país. Hasta que llegó él. Con 16 años jugó unos Juegos Asiáticos con Palestina —era el más joven de todo el torneo— y sorprendió tanto, que poco después firmó su primer contrato. Fue con un equipo de Jordania (Al Riyadi), que le dio a cambio alojamiento y un pequeño sueldo. Después llamarían a su puerta la Liga China (ha jugado en los Sichuan Blue Whales, los Qingdao Eagles y los Chongqing Fly Dragons y el próximo curso estará con los Jiansu Tongxi) y la de Líbano (Hoops Club). “Quiero demostrarle a la gente en mi país que estoy intentando construir algo de la nada", dice.

Su ciudad natal, West Bank, está a 30 minutos de una de las mecas del baloncesto continental, Tel Aviv con su Maccabi, pero él es consciente de que nunca podrá jugar allí. Ningún equipo israelí fichará a un palestino. “Sólo puedo hablar por mí, pero quiero vivir en paz. Este conflicto, esta pelea no es nuestra. Soy un típico pacífico, yo sólo quiero que todo el mundo sea feliz y esté bien”, se lamenta.

Sakakini es el único profesional de su país, pero no está solo en la selección más talentosa en la historia de Palestina. Convenció al base Jamal Abu-Shamala (nacido en Minnesota, pero cuyo padre es de Gaza) para que jugará con él. “Sani se ha hecho a sí mismo. Es muy carismático. Cuando habla, todos los del equipo le escuchan porque quieren llegar a ser como él”. Juntos forman una pareja letal en este Asiabasket: promedian 47 puntos (23,5 por cabeza) y 21,5 rebotes.

Y al frente del milagro está Jerry Steele. Un entrenador que colaboraba en Seattle con una organización cristiana y que viajó a Palestina para dar un clínic. Al llegar allí le ofrecieron dirigir al equipo nacional. “¿Cómo voy a entrenar a unos jugadores a los que ni conozco y enfrentarme a rivales de los que no sé nada?”. Su respuesta en aquel viaje fue un no, aunque un año después daría marcha atrás para liderar a un equipo histórico. En el torneo clasificatorio, Palestina ganó a Iraq (70-62, con 35 puntos y 21 rebotes de Sakakini) y a Siria (79-73, con 39 y 17). “Jerry es nuestro primer entrenador extranjero y nos está enseñando mucho, un baloncesto a otro nivel”, dice Sakakini. Un baloncesto que les permite soñar con los Juegos de Río. El campeón tendrá la plaza asegurada.