—¿Cómo vio el Europeo desde fuera?

—Muy bien. España jugó a un nivel extraordinario. Ganar a Francia en una semifinal, en su casa y ante 27.000 espectadores, fue un éxito de motivación. Cuando se compite con tanta gente en contra muchos jugadores van a tope. España fue imparable porque creyó en ella misma en un ambiente terrible. Fue siempre consistente y disciplinada.

—¿Dónde cree que estuvieron las claves para la victoria de España?

—Supo sobreponerse a las adversidades, fue de menos a más en cada partido, defendió con garra y, sobre todo, creyó que podía ganar el Europeo.

—Y también, una clave fue que su hermano Pau estuvo a un gran nivel, ¿no?

—Por supuesto. Fue el jugador más valioso de España en el campeonato y jugó a un nivel espectacular. Me pareció muy justo que fuera elegido el mejor del Europeo.

—¿Le hicieron sufrir mucho sus compañeros de Selección?

—Lo cierto es que se sufre mas viendo baloncesto desde fuera que desde dentro, porque estás metido en el juego y no piensas en lo que pasa a tu alrededor.

—El título europeo le dio a España la clasificación para los JJ OO de Río 2016 y evita jugar un Preolímpico dificilísimo. ¿Qué le parece?

—Que llegaremos a Río muy bien. Quiero dejar claro que siempre quiero ir a la Selección, sea el torneo que sea. Cuando acabas una temporada tienes que hacer balance de cómo ha ido para encarar la próxima, aunque la ilusión siempre está ahí. Si estoy en condiciones para ayudar a la Selección, estaré en los Juegos de Río. Y si hubiésemos tenido que jugar un Preolímpico, hubiera ido; se lo aseguro.

—¿Fue una decisión difícil renunciar al Europeo con España sin estar lesionado?

—Muy difícil. No puedo pedir a la gente que lo entienda o lo comparta, pero para un jugador, el competir y poder formar parte de un equipo como España es importante. No ir voluntariamente fue muy complicado porque soy consciente de mi suerte, de las pocas opciones que uno tiene de jugar un Europeo y lo afortunado que se es por ello. El no poder estar allí fue difícil, pero también le agradezco a Memphis la confianza depositada en mí.

—¿Le presionaron mucho desde allí?

—Ellos me pedían, desde hace ya cinco años, que me tomase un verano de descanso y tenía que darles ese gusto para encarar la próxima temporada en plena forma.

—¿Pesó mucho el fantástico contrato que firmó?

—Es un tema indiferente. Repito que llevábamos hablando de descansar desde hacía tiempo. No pudo ser en el 2013, tampoco en el 2011, 2009 o 2007 y este, por las circunstancias que se dieron, era el momento propicio.

—¿Cree que la gente piensa que la renuncia fue por el contrato?­

—La gente puede pensar lo que quiera. Yo no puedo influir en eso, pero no fue por ese motivo. La temporada en la NBA fue muy larga para mí, con muchos minutos y, repito, necesitaba ese descanso y era el momento adecuado.

—La pasada temporada fue extraordinaria para usted en todos los aspectos. Fue padre, los Grizzlies llegaron a cuartos de final de la NBA, fue elegido mejor pívot de la temporada, se convirtió junto a Pau en la primera pareja de hermanos en ser titulares en un All Star y firmó el contrato de su vida (unos 110 millones de euros por cinco años). ¿Está en el mejor momento de su carrera?

—No lo sé, pero sí que estoy muy contento y tranquilo. Nunca había pasado tanto tiempo sin competir y tengo ganas de empezar, aunque espero que no muchas porque, de lo contrario, iría un poco pasado de vueltas. El comienzo de esta pretemporada será un proceso que nunca había vivido antes.

—¿Por qué?

—Obviamente no será empezar desde cero, pero sí que será diferente, aunque desde finales de junio ya empecé a hacer un trabajo pensando en este momento. Me siento muy bien físicamente y espero que todo vaya bien.

—Pau y usted recibirán pronto el Princesa de Asturias de los Deportes que se les concedió el pasado mes de junio. ¿Sabe cuándo será?

—Nos lo darán alrededor del 20 de octubre. Estamos intentando entre todos hacer lo posible para que podamos estar presentes, por la situación especial y única que es ganar un premio tan importante como el Princesa de Asturias. Tanto a Pau como a mí nos hace mucha ilusión el poder estar ahí, pero también tienes una responsabilidad con tu equipo y es él quien tiene la última palabra.

—La pasada temporada cayeron en segunda ronda de los playoff de la NBA ante los posteriormente campeones, Golden State Warriors, y los expertos dicen que en esta nueva temporada pueden dar otro paso más. ¿Qué opina al respecto?

—Los Memphis Grizzlies somos una franquicia donde nos conocemos todos muy bien. Es un equipo compensado, con un par de jugadores que aportan y entran dentro de la dinámica que nosotros queremos como son Matt Barnes y Brandan Wright que, además, es de la zona, de Tennessee. A Barnes lo conocemos muy bien porque hemos competido mucho contra él. Es un jugador muy completo y que se adapta a la identidad de nuestro equipo.

—¿Habrá alguna clave para estar en la semifinal o la final de la NBA?

—No lo creo. Ahora mismo es un trabajo de todos. Debemos compenetrarnos y hacer un bloque muy fuerte mediante ese trabajo. Es cierto que Vince Carter tendrá ya 39 años, pero en un equipo como el nuestro puede marcar la diferencia, ya que es un jugador muy especial. Un hombre de su experiencia es siempre importante en un equipo al que llegan jugadores jóvenes y con un talento por explotar. Él sabe como motivarlos.

—¿Seguirá siendo el dúo Randolph-Marc Gasol tan intimidador como la pasada temporada?­

—Los dos nos entendemos muy bien y espero que físicamente sigamos igual que el curso anterior. Él se mostró muy sólido (firmó 16,5 puntos y 10,5 rebotes de media).

—El día 29 será el lanzamiento mundial del NBA2K16. ¿Pensó alguna vez que protagonizaría un videojuego­ como este junto a su hermano Pau?

—Pau y yo hacemos y compartimos muchas cosas dentro y fuera del baloncesto. Es la primera vez que somos portada. Hacer este videojuego fue más complicado de lo que parece. Para nosotros fue una oportunidad única, con mucha gente involucrada y con una apuesta muy fuerte para que saliera adelante. Creo que es el juego que acerca más al usuario a lo que es realmente la NBA. Es lo más parecido y realista. Con él alguien que no tenga la suerte de ver un partido en directo de la NBA se puede hacer un idea de cómo es jugar un encuentro así.

—Su hija Julia cumplió un año el pasado día 9 y con un padre de 2,16 metros y una madre, Cristina, de 1,75, supongo que estará ya muy grande...

—Está muy bien. A final de esta semana ya tengo que volver a Estados Unidos para iniciar la pretemporada. Cuando lleguemos a Memphis iremos al pediatra y veremos cuánto ha crecido (sonríe). Las verdad es que nos ha cambiado la vida, pero los dos disfrutamos mucho con ella.