Un Gasol heroico nos lleva a la final del Europeo y a los Juegos

Fue una noche inolvidable en el Stade Pierre-Mauroy, el material de que están hechos los sueños. Ahí, en la caldera del Pierre-Mauroy y ante 27.000 frenéticos espectadores, un partido gigantesco de España, coronado con prórroga y 40 puntos (más once rebotes) de Pau Gasol devuelve a la Selección a la final del Eurobasket, el domingo, a las 19:00 horas. Al tiempo que pasa a la final, al vencer por 75-80 a Francia, España es el primer equipo europeo que obtiene plaza para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Sellará otra plaza olímpica el ganador de la segunda semifinal: Serbia-Lituania, hoy. Francia jugará contra el perdedor, por el bronce.

Fue un acto de fe en Lille, volver desde una sima parecida a la de Rocroi. Fue como irse al Olympia parisino en los años 60 a escuchar a Paco Ibañez entonar los versos de Alberti y Nicolas Guillén. Fue... "a galopar hasta enterrarlos en el mar".

Bajo el trueno de La Marsellesa coreada por 27.000 gargantas, Pau Gasol abrió el marcador del hirviente estadio. A zarpazos y con percusión de potencia, Francia pasó a controlar sin demarrajes (20-14 en el primer cuarto) porque el picoteo de la defensa española había hecho mirarse las plumas a los oscuros gallos del seleccionador Vincent Collet.

El 33-32 para Francia en el descanso delataba cosas: España iba un punto abajo con desventaja de 15-23 en rebotes (donde las torretas francesas arrollaban y barrían) y con 3/12 en triples desde un 0/6. Lo que delataba ese marcador era el nerviosismo de les bleus, en el corazón de la tensión y en el vértigo de la defensa española. Esa defensa impidió la escapada local. Los españoles pedían explicaciones en los empujones en las entradas a rebotes, torturas a cargo de Gobert, Pietrus y Lauvergne. Olvidaban (esencialmente, Mirotic) que en esos casos la mejor y más útil explicación son unos codos que cierren saludablemente el bloqueo de esos rebotes.

Después, el nerviosismo no se le iba a Francia (39-39)... pero los bleus no desconectaban la maquinaria de arrollar en rebotes por las bravas. En plena hemorragia española de rechaces, el único triple de Parker (diez puntos) estampó el 44-39, rumbo al 51-40. Una zona presionante española limitó daños hasta el 56-48 del minuto 30. A esas alturas, España cedía en rebotes por 26-34.

Ante los espasmos de Francia, Scariolo insistió en la zona pero eso solo valió para llegar al 58-52... y De Colo dinamitó la zona en el minuto 34: 61-52. Entre la zona española y los cambios, Francia se atascaba. Y con 0-10 en cinco minutos, y a través de un slam dunk volante de Pau Gasol, España devolvió a Francia al Cabo del Miedo: 61-62, minuto 38.

En una quinta dimensión, fuera de las leyes de la física más alla de los límites siderales del propio Sabonis, Gasol cabalgaba sobre las aguas y allí sumergía a Gobert. A 16 segundos del fin del minuto 40, una bandeja de Sergio Rodríguez pareció dar la final a España: 63-66... solo que a los dos segundos, Batum empataba con su segundo triple. Un tapón postrero de Gobert a Gasol, con falta posterior del francés, envió el partido a la prórroga.

La prórroga agotó la angustia: tiro libre a tiro libre, Diaw imponía el 75-72 a 1:27 del fin... y a 50 segundos, Llull galopó y asistió a Gasol para que Pau hiciera estallar el 75-76. A 18 segundos, Pau ascendió a los cielos del 75-78, al machacar un tiro fallado por Sergio Rodríguez (15 tantos). Claver hizo falta de tres tiros a Batum... y Batum (14 tantos) falló los tres. Dentro de la quinta dimensión, Pau eliminó a Gobert y remató con los 40 puntos. Al final, incluso hubo empate a rebotes: 44-44. Pero L'Espagne estaba en la final del domingo y en los Juegos Olímpicos. A galopar: hasta enterrarlos en el mar, Pau.