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TORNEO JUNIOR | MADRID 65-INSEP 58

El Madrid de Doncic sufre para vencer al INSEP París

Dos triples del escolta esloveno (11) en los últimos instantes sentenciaron un encuentro que se le complicó más de la cuenta al equipo madridista.

Actualizado a
Luka Doncic
EMILIO COBOSDIARIO AS

El Real Madrid venció el INSEP París y está a un solo paso de clasificarse para la gran final del torneo júnior de la Euroliga (domingo, 12:00, Barclaycard Center). Los blancos ganaron (65-58), justito, con apuros y nerviosos, a los franceses en un encuentro que nada tuvo que ver con el de ayer ante el StellaAzzurra. Los italianos eran inocentes, unos niños al fin y al cabo, pero los parisinos no. Fuertes y confiados, no se dejaron avasallar por la calidad madridista y estuvieron a punto de dar un buen susto a los aficionados blancos que se reunieron en el Magariños para apoyar a los suyos.

Y eso que el Real empezó bien. Como si fuera una continuación del duelo ante el StellaAzzurra, los de Paco Redondo se gustaban. Yusta comandaba. Un alley oop suyo a pase de Doncic y un triple, marcaban territorio: del 19-11 del final del primer cuarto al 34-23 al descanso. Coser y cantar. No había nubes, todo era sol en el juego merengue hasta que dio inicio la segunda mitad.

El INSEP subió la intensidad. Cerró la zona con su poderío físico y no dudo en correr a cancha abierta. Gombauld (18 puntos), un pívot de buen movimiento y mucha calidad, y Loubaki (13) encabezaban una rebelión a la que sólo ponía freno en los primero instantes del tercer cuarto Samba Ndiaye (12 y 23 de valoración, máximos del Madrid). El ala-pívot senegalés estuvo positivamente hiperactivo Tan pronto anotaba con un mate sensacional como reboteaba sin miedo, arriba y abajo, ante las torres francesas. Pero a pesar de su presenica, las diferencias se reducían.

Del 51-43 con el que se saltó en el último cuarto al 54-55 seis minutos después, el Real estuvo ausente entre nervioso y peleado con el mundo. Los parisinos, sin nada que perder, dieron rienda suelta a una agresidad mayúsucula que saltaba a la comba entre legalidad y la ilegalidad ante la displicencia arbitral y ahí fue donde más naufragó el futuro blanco: Luka Doncic. El esloveno es un grandísimo jugador, no es algo dudable, la verdad, pero tiene una serie de gestos en la cancha cuando las cosas no le salen... Es lo malo de ser bueno, saberte bueno y no estar aún 'maduro', que si colapsas entras en tierras pantanosas. Aspavemientos, miradas, enfados... demasiados movimientos innecesarios para tener sólo 16 años y todavía no ser una estrella, aunque lo tengas todo para serlo. El deporte es muy cruel en algunos casos no hay que olvidar.

Aunque todo eso queda al margen, y algo escondido, cuando finalizas el partido tal y como lo hizo. Frío y sin ritmo anotador durante todo el duelo (sólo cinco puntos hasta la recta final para acabar con 11, 4/17 en el tiro), el escolta decidió tomar todo el protagonista cuando el duelo colgaba de un hilo muy fino. 58-58 y dos malas decisiones suyas en ataque después, lanzó un triple bellísimo, que recorrió todo el cielo del Magata para poner una barrera infranqueable entre ellos y los parisinos, que se hizo más alta con un segundo triple que cerró la victoria blanca y medio pase para la final.