REAL MADRID 92 - UNICAJA 77

El Madrid gana la batalla del liderato en el debut de Doncic

Aventaja al Unicaja en un triunfo y el 'average' a cuatro jornadas del final. Laso fue expulsado, Reyes anotó 16 puntos en el tercer cuarto y Rudy sufrió un esguince.

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Venía el partido cargadito de alicientes, una bomba de estímulos, sin embargo empezó tibio. Carente de fuerza en la pista y sin nervio en la grada. Como si el liderato de la fase regular diera pereza. Si hay que ir se va… pero aún quedan los playoffs, debieron pensar. Lo repetiremos las veces que haga falta: recompensa irrisoria para ocho meses de competición. Mucho más cerca del premio, eso sí, anda ahora el Madrid, que se lo trabajó. Éxito doble, el de la victoria y el del average particular (99-92 en Málaga y 92-77 este jueves en el Palacio). En las cuatro jornadas que restan puede perder un partido y acabaría primero aunque el Unicaja lo ganara todo.

El baloncesto no es lineal, y lo que arrancó templado tirando a frío se calentó a fuego lento durante cuarto y medio hasta explotar. El Madrid mandaba entonces pero poco. Bien en el tiro, nefasto en el rebote. No era por su defensa que los rechaces le cogieran descolocado, sino que cerraba mal a unos atacantes ávidos de balón, ansiosos por borrar sus errores en el lanzamiento. Golubovic parecía, además de Diego López (el portero), un Sabonis ochentero (11 capturas, 8 en ataque).

Con 23-20, a Slaughter le señalaron una falta en ataque en un bloqueo y Laso estalló en protestas. El entrenador respondió con aplausos a la técnica y se llevó la segunda. Expulsado, directo al túnel de vestuarios. Irse Laso y decir el Unicaja adiós al partido fue todo uno. Antes de despedirse casi caza al rival (23-22), pero la grada ya había despertado y el Madrid se lanzaba de cabeza a por el triunfo. Una segunda falta consecutiva de Slaughter dejaba conmocionado a Toolson. Mareos, náuseas y al hospital a hacerse pruebas. Que solo sea un susto, por favor.

La marcha del americano, con muy mala cara, simbolizó la rendición malagueña (Vázquez y Granger también andaban tocados). El Real se había metido de lleno en el duelo y no pararía hasta que Felipe Reyes lo destrozara en el tercer cuarto. El pívot anotó 16 puntos en siete minutos y medio, incluidos los 12 primeros de su equipo en la reanudación. La renta rebasó con holgura los diez tantos y se acercó a los veinte (68-52), cifra que luego también superó (87-66) pese a la rebeldía de Carlos Suárez.

Buena defensa y rebote compensado en el parcial, que no en el total (28 a 39, ¡21 ofensivos de los de Plaza!). Otro gran partido de Llull, bien respaldado en las esquinas por dos tiradores: Rivers y un corajudo Nocioni (5 de 9 entre ambos en triples). El escolta había amagado lesión; volvió a pista. No lo hizo, en cambio, Rudy Fernández, atrapado en la plaga de esguinces como Carroll y Mejri.

El mallorquín se marchó sin apoyar el pie al vestuario. Era el minuto 33 (73-56). Tobillo izquierdo y otro punto de preocupación a 15 días de la Final Four (no jugará ante el Obradoiro este domingo). Pero el duelo no terminó con gesto intranquilo, sino con sonrisa amplia por el debut del esloveno Luka Doncic. La perla más brillante de la cantera madridista firmó el estreno más precoz: 16 años, dos meses y dos días (cinco meses más joven que Roberto Núñez en 1994 y un año menos que Corbalán en 1971). Reemplazó a Rivers a falta de 1:28 y lo siguiente que vimos fue cómo metía un triple. Quizá en el futuro se recuerde este día como el principio de una gran carrera. Esperanza blanca y liderato en el bolsillo, aunque falta cerrar la cremallera.