EL PERFIL
Nino Buscató cumplió 75 años
Buscató recuerda la buena mezcla que hacían en la Selección las estrellas madridistas y los jugadores catalanes y el papel clave que desempeñaba Raimundo Saporta.
Jugó 224 partidos con España, el último en el Eurobasket de 1973, que terminó con la medalla de plata, la primera gran gesta de la Selección. Tuvo el récord de internacionalidades hasta 1995, cuando Epi le superó (239). Y ahora le persigue Navarro (223). Francesc Nino Buscató cumplió ayer 75 años y la Cadena SER, donde ejerce de comentarista, le rindió un bonito homenaje.
Nacido en Pineda de Mar (Barcelona), el apodo de Nino le viene por tradición: “Cal Nino era el nombre de la panadería familiar. Hasta los 27 años compaginé el deporte con el oficio. Llegaba a las doce de la noche de entrenarme y hacía pan hasta las siete de la mañana. Dormía hasta las dos, almorzaba y cogía el tren a Barcelona y el tranvía a Les Corts, a entrenar otra vez. Y sin problema”.
A los 15 años y con 1,76 metros de altura empezó a jugar en el Pineda, pero directamente en el primer equipo. A la temporada siguiente anota 37 puntos al Joventut y 28 al Barça. Quiso ficharle la Penya, pero acabó en el Barça porque el encargado de las secciones, Antoni Palés, era fabricante de harina y tenía relación con su familia. Cuando el club azulgrana reconvirtió en amateurs las secciones, pasó al Aismalíbar y luego al Joventut. Ferrándiz estuvo en su casa para llevárselo al Madrid, pero prefirió quedarse en Pineda y trabajar con el mejor entrenador que conoció, Eduardo Kucharski.
Buscató recuerda la buena mezcla que hacían en la Selección las estrellas madridistas y los jugadores catalanes y el papel clave que desempeñaba Raimundo Saporta, con el que negociaban las primas: “Me llamaba a mí y a un jugador del Madrid. Nos ofrecía un fijo que era una miseria y luego nos mostraba una colección de monedas de oro y nos decía: ‘Hay una cartera para cada uno, pero por cada técnica os quito una a todos. Y cada vez que el entrenador tenga un problema, otra moneda menos. Y si uno llega tarde, otra’. Iban por tamaño y la grande era ¡impresionante!”.