Laboral Kutxa ganó un partido que le mantiene con vida en la Euroliga. Acostumbrado a perder los finales apretados, este viernes fue capaz de mantener la cabeza fría ante un gran rival y tres árbitros desesperantes. Los dos choques que ha tenido esta temporada ante los del Pireo en el Buesa Arena han terminado con triunfo local. Este viernes, con un apretado 74-73.

Olympiacos no tuvo problemas para encontrar alternativas en la dirección a la ausencia de Spanoulis. Mantzaris, Sloukas y Lafayette se relevaron en esa labor. Laboral Kutxa tuvo que realizar dos pequeñas remontadas en los primeros cuartos. En el inicial, Olympiacos se fue al principio pero los triples de Bertans permitieron recuperar la diferencia. El letón se fue al final del primer cuarto con tres triples y 9 puntos.

En el segundo, los del Pireo pusieron la directa (23-30, min. 14) pero los baskonistas equilibraron el rebote y un buen final anotador de Mike James les permitió llegar al descanso prácticamente igualados. La victoria de Efes ante Nizhny metió presión a los de Ibón Navarro, que sabían que, en caso de derrota, se tenían que despedir prácticamente de cuartos. Por ello, jugaron algo agarrotados en ataque aunque sí se esforzaron en defensa, por la cuenta que les traía.

La segunda parte fue muy igualada. De hecho, los dos equipos firmaron tablas en el tercer cuarto. En el definitivo, el choque fue a tirones, a base de parciales. Cuando parecía que Olympiacos se escapaba (53-58, min. 33) llegaba la reacción local (63-59, min. 34). Al final ganó el equipo que más lo necesitaba gracias a su trabajo atrás, la valentía en ataque y también, como suele ocurrir en estas ocasiones, algo de fortuna a favor. La que le había faltado en muchos partidos con final agónico hasta ahora.