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PANATHINAIKOS 85-REAL MADRID 69

El Madrid más plano pierde de paliza ante el Panathinaikos

El equipo griego supo cortar el ritmo de los de Laso y llegó a ganar por 20. Pappas sumó 22 puntos sin ningún fallo en tiros de campo. La clasificación se aprieta.

Sergio Llull superar la defensa de Diamanidis.
Sergio Llull superar la defensa de Diamanidis.SPYROS CHORCHOUBASEFE
Euroleague

Si hiciéramos un ranking con los peores partidos del Madrid en lo que va de campaña, el de este viernes en el OAKA entraría pegando fuerte en la lista. Codo a codo con la derrota en el Palau en Navidad y la del Palacio frente al Kazán. No muy lejos, y reclamando también su espacio, los tropiezos en diciembre ante el Bilbao y el Estudiantes. Pero no habíamos visto nada ni por asomo parecido en el nuevo Madrid, el pujante de 2015, donde hasta la paliza griega contaba 22 triunfos en 23 partidos. Segunda derrota del año, octava del curso y la más abultada con diferencia. La desventaja tocó los 20 puntos (78-58 ya en el último cuarto) y se cerró en 16 (85-69).

Una temporada de 80 partidos obliga sí o sí a una trayectoria de dientes de sierra. Lo indicado, y también lo difícil, es sincronizarla con el calendario, con los instantes álgidos en los que se deciden los títulos. El Madrid lo ha hecho bien de momento. Habrá que ver ahora si la pobre imagen dada en Atenas es sólo un gallo en mitad del concierto o el inicio de otra pequeña crisis tras dos meses y medio al alza. Bajón habitual, por otra parte, en la etapa de Laso. Recuerden que los dos últimos Top-16 se cerraron con derrotas imprevistas que le costaron el primer puesto. Esta vez llega con un colchón más grueso, pero ya no tan mullidito. Un triunfo de ventaja sobre el Barça y 24 puntos en el average particular con la visita al Palau pendiente. Aún anda por delante, pero debe ganar al Maccabi y al Zalgiris.

Dusko Ivanovic conoce bien al Madrid y tenía claro el planteamiento. Aunque imaginamos que tan claro como en la ida cuando cayó por 18: 83-65. Atención máxima al rebote, limitar al mínimo las pérdidas y echar tierra al fuego blanco del ritmo cada vez que amenazara con avivarse. Cosa que, por otra parte, apenas ocurrió. Vimos al Madrid más plano del año: sin repuntes, sin arreones toreros, sin chispa. Plano de principio a fin. Sin una galopada que echarse a la boca, sin conexiones neurológicas en el cerebro colectivo, esas que convierten en inteligente a un equipo. Y sin acierto, más allá de la puntería inicial en los triples (5 de 10 en la primera parte, dos de Rudy y otros dos de Llull).

Rudy jugó los primeros 17 minutos del tirón, aportó 10 tantos y retardó algo el naufragio. También ayudó la entrada en pista de Slaughter y su actividad defensiva, que descolocó durante dos minutos al PAO y permitió al Madrid igualar a 29 tras un 2-10 de parcial. El único ramalazo de casta. De ahí, y era el minuto 15, hasta el final, apagón lento y paulatino. Los pívots negados, en defensa y en ataque, con Reyes fallando tiros libres y Ayón y Bourousis marrando canastas hechas. También Slaughter. Mientras, Nocioni de bajón, Sergio lento y extraviado, puede que mermado físicamente, y el resto... nada. Si hay que zozobrar, que sea en grupo. Equipo.

Enfrente, un adversario que mordía. Se la jugaba tras tres derrotas seguidas y ganó. Lo hizo la energía de Gist y Nelson, la pelea de Batista y la clase exquisita de Nikos Pappas: 22 puntos sin fallo en tiros de campo. Extraño caso el suyo, ya que jugó en la cantera blanca sin ser del Madrid, sino cedido por el Bilbao Basket. Quizá un día pueda coger el testigo de Diamantidis. Partido para recordar. El suyo, claro, porque el del Madrid fue más de cubo de basura.

KC Rivers, dado de alta en la ACB y Gustavo Ayón, de baja

El Real Madrid decidió este viernes dar de alta en la Liga Endesa a KC Rivers, ya recuperado de una distensión en el bíceps femoral de la pierna izquierda, y dar de baja a Gustavo Ayón, que arrastra molestias en un pie y no termina de recuperarse. Ante el Baloncesto Sevilla apenas jugó unos minutos y se fue al banquillo con dolor. Este viernes en Atenas estuvo sobre la pista sólo diez minutos. Ahora, podrá tomarse un respiro y descansar los fines de semana hasta que vuelva a ser dado de alta (hay un límite de diez cambios). Laso tiene a 13 jugadores en plantilla y no quiere exprimir en esta fase de la temporada a ninguno. Otro que sufre problemas físicos es Sergio Rodríguez, que descansó en la pasada jornada liguera con una sobrecarga en los aductores y en el OAKA no tuvo su mejor día.