BARCELONA 89 - MACCABI 71
Tomic desmonta al campeón
El Maccabi apenas inquietó a un Barça que sólo jugó bien cuando se movió al ritmo de un Tomic imperial. El billete a cuartos casi cerrado y el factor cancha, cerca.
El Barcelona ganó al Maccabi y el Alba perdió así que la jornada deja al equipo de Pascual con el billete para cuartos casi en el bolsillo y el factor cancha muy cerca. Como mínimo, ya es dueño de su destino para ser al menos segundo y esconder en el Palau la llave para la Final Four del Palacio. Buenas noticias después de un pésimo inicio de Top-16 al que han seguido cuatro victorias seguidas, seis en los últimos siete partidos. Y excelentes si se considera el 10-1 ya del Barça en su pista en esta Euroliga: sólo una derrota, ante el Fenerbahçe en un partido en el que no se jugaba nada, al que llegó mermado por las lesiones… y que sólo entregó en la prórroga.
El Maccabi que pasó por Barcelona se pareció mucho más al que ha perdido en las últimas semanas contra el Alba y el Estrella Roja que al que ganó en la primera fase a Madrid y Barça. No digamos al campeón de la pasada temporada, que ahora parece muy lejana para un equipo que acumuló errores con los que es imposible rascar en el Palau: Jeremy Pargo fue un agujero negro (2/9 en tiros, 3 pérdidas) y no funcionó nada que no fuera, al margen de la profesionalidad habitual de Devin Smith, el corpachón de Schortsanitis y la muñeca de Alexander, un tipo que hace menos de siete años fue número 8 del draft de la NBA. Cosas…
Si el Maccabi tenía un plan para ganar en Barcelona por primera vez desde 2005, y por segunda en su historia, este no pasaba por firmar un 7/20 en triples y un penoso 10/20 en tiros libres, 7/15 en un segundo tiempo en el que el Barça se fue hasta un 17/22. Además, los macabeos perdieron el rebote, sumaron más pérdidas y dieron menos asistencias. Y dejaron al Barcelona meter el 71% de sus tiros de dos: 20/28 y un lógico, con todos esos datos, 100-64 en valoración para un Barça muy superior que jugó un buen primer tiempo y se manejó de forma funcionarial en el segundo.
En realidad, el Barcelona brilló, con el primer cuarto (26-16) como perfecto ejemplo, cuando bailó al ritmo de un Ante Tomic colosal. El croata terminó con 16 puntos, 12 rebotes, 6 asistencias, 7 faltas recibidas y ni un solo fallo, ni en juego ni desde la línea de personal. 35 de valoración en menos de 25 minutos en pista y una sensación de dominio integral ante un Maccabi obligado a ponerle casi siempre defensores más pequeños. Más allá, Doellman apareció cuando hizo falta y en la línea exterior funcionaron Satoransky y Navarro con relevos de un Huertas que progresa adecuadamente tras su bache de la Copa. En cambio, Hezonja y Oleson y siguen a la caza de las sensaciones perdidas y el tiro exterior sigue en fase inestable. Esta vez no importó porque el Barcelona fue absolutamente superior a un rival en momento muy delicado. Objetivo cumplido en un Top-16 en el que, entre problemas y altibajos, las cosas van cada vez mejor para el Barcelona y para el que es, a día de hoy, su absoluto jugador franquicia: Ante Tomic.