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OBRADOIRO 79-BARCELONA 67

Kleber desmantela al Barcelona

Tercera derrota seguida fuera del Palau para un Barcelona que jugó un nefasto último cuarto en el que anotó 10 puntos por los 16 que hizo, él solo, el alemán Maxi Kleber.

Kleber desmantela al Barcelona
Lavandeira jrEFE

En apenas 48 horas el Barcelona pasó de jugar un excelente partido en el Clásico ante el Real Madrid a deshacerse como un azucarillo en Santiago, donde ya perdió con estrépito la temporada pasada. Oficialmente ya una de las pistas de cuchillos largos para los azulgrana, el Fontes de Sar asistió a una resurrección tremenda del Obradoiro en el segundo tiempo: perdía 34-43 en el minuto 22. En esa segunda parte el equipo de Moncho Fernández anotó 9 triples (decisivo 12/24 total) y desconectó con su intensidad defensiva a un Barcelona que no tuvo casi nunca la concentración que exigía un partido de previsible riesgo: 5/21 en triples y 10 puntos en todo el último cuarto por los 16 que anotó él solo Maxi Kleber, finalmente gran héroe local.

El alemán abrió el último cuarto con un 2+1 y dos triples que, junto a una canasta de Waczynski, que ejerció de escudero, sellaron un 11-0 en cuatro minutos ante un Barça que ni anotó ni defendió, y que se quedó en diez puntos en todo ese último parcial: seis menos que Kleber. Con todo, y colgado de Pleiss, llegó a tiro (66-63) a los últimos tres minutos, justo cuando acabaron sus opciones con otros cinco puntos… de Kleber, claro. El paisano de Nowitzki jugó el cuarto de su vida ayudado por la floja defensa de un Barcelona destensado primero y desconcertado después, ofuscado en una pésima selección de tiro (pese a un par de heroicidades de Hezonja) pero lastrado en realidad por el nefasto partido de Huertas y Tomic. Los que deberían ser referentes (sin Navarro, sin Oleson, sin Abrines…) sumaron un punto entre los dos.Tampoco anotó esta vez Edwin Jackson (3/14 en dos partidos). 

Maniatado su pick and roll central, el Barcelona vivió de salida de Doellman y Thomas, que después desaparecieron, y finalmente de la intensidad de Satoransky y Hezonja y de la presencia de Pleiss, el mejor del peor Barcelona, que ya encadena tres derrotas seguidas fuera de casa: Sevilla, Madrid, Santiago. Las tres con denominadores comunes y malas sensaciones. Entre medio, para compensar, buenos partidos en el Palau con el Clásico como bandera. Una ciclotimia que le impide aprovechar a nivel clasificatorio el bache del Real Madrid.

El Obradoiro se hizo acreedor del triunfo en un segundo tiempo que fue una cuestión de fe. Salió al partido frío (0-7) y se pasó después más de ocho minutos sin más alimento que cuatro tiros libres (del 28-20 al 32-39). En condiciones normales, eso le habría condenado ante el Barcelona, pero le salvaron unos últimos quince minutos tremendos en los que fue creciendo a medida que el Barcelona se hacía minúsculo. Finalmente irreconocible.