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José Luis Sáez: “En 2004 habría firmado diez años como estos”

José Luis Sáez se convirtió en presidente de la FEB el 20 de noviembre de 2004. Diez años y 59 medallas después, el dirigente español hace balance.

José Luis Sáez
JESUS RUBIO

Remontémonos al 20 de noviembre de 2004, ¿qué recuerda de ese día?

—Tengo la imagen grabada porque fue muy especial para mí. Recuerdo a Segura de Luna traspasándome los poderes. Aunque haya llovido mucho desde entonces, sigo acordándome de él, porque fue una persona que trabajó mucho por el baloncesto, un ejemplo a seguir.

—¿Qué se le pasó por la cabeza al sentarse por primera vez en el despacho presidencial?

—Llevaba seis años trabajando como mano derecha de Segura de Luna y se puede decir que ya era un hombre de la Federación, pero si me dicen que íbamos a crecer tanto en esta década no me lo hubiera creído.

—¿En qué ha cambiado el Sáez que tomó las riendas en 2004 al que dirige la Federación ahora?

—He madurado. Antes era más impulsivo y ahora, con el paso del tiempo, medito más mis decisiones. Empecé con mucha ilusión, con ganas de que mi proyecto tuviera un legado. Creo que una década después sigo con la ilusión del primer día.

—¿Qué objetivos tenía cuando empezó como presidente?

—Conocía bien la FEB porque era un hombre de dentro, pero no es lo mismo estar en la segunda fila que al frente. La responsabilidad es mucho mayor, porque en tus manos tienes un deporte fuerte en nuestro país. Tenía claro que quería que el baloncesto creciera, que había que cambiar el concepto. El baloncesto es deporte, pero también es mucho más, como hemos demostrado con todas nuestras iniciativas sociales. El cambio fundamental ha sido incluir el concepto de empresa dentro del de federación.

—Y, ¿ha cumplido sus retos?

—Si aquel 20 de noviembre alguien me hubiera mostrado dónde estamos ahora, hubiera firmado sin pensarlo. Venimos de organizar una Copa del Mundo, de jugar una final intercontinental en chicas, de ganar dos Europeos, un Mundial, de tratar de tú a tú a Estados Unidos en una final olímpica... Cuando llegué trabajamos duro para que los éxitos llegaran, pero no pensaba que lo iban a hacer tan pronto. Debíamos dar un salto de calidad y lo hicimos. Me considero muy ambicioso, pero en estos diez años hemos crecido mucho. Es para estar orgulloso.

—Con los Gasol, Navarro, Valdemoro, Torrens… ¿es más fácil ser presidente?

—Hemos tenido una década exitosa, pero todo es consecuencia del trabajo. El talento tiene que existir, pero también debe estar respaldado por una estructura. Nada es casual. Por ejemplo, con Alba hemos trabajado desde pequeñita. Hay que detectar el talento cuanto antes.

—¿Qué le queda por hacer?

—Hay mucho trabajo por delante. Tenemos una buena base, pero es necesario seguir innovando en proyectos deportivos, sociales, empresariales... Queda mucho, porque lo importante es permanecer en esta élite.

—¿Se arrepiente de alguna decisión tomada en estos años?

—Las decisiones se toman pensando en que son la mejor opción posible. No se puede adivinar qué va a pasar. Lo importante no es arrepentirte de que algo salga mal, sino intentar subsanar los errores.

—Dice que queda mucho trabajo. La Selección tiene tirón, pero la asistencia a las canchas ACB ha descendido.

—Hay que captar al cliente, al público para que el baloncesto pueda crecer. Hay situaciones a mejorar, eso está claro. En la Copa del Mundo las canchas estuvieron llenas un 80% y el partido con más asistencia fue un Nueva Zelanda-Finlandia. El primer objetivo es que la gente juegue para que después asistan a las canchas.

—Dejando el batacazo de España a un lado, ¿cómo fue la organización del Mundial?

—Seguimos trabajando en el informe que verá la luz en diciembre. Después nos pondremos a planificar el próximo curso, a encauzar los objetivos sociales, económicos y deportivos.

—Y en buscar otro seleccionador. ¿Han comenzado a pensar en posibles candidatos?

—Queremos que sea un entrenador dentro de un proyecto con vistas a 2018, a 2020. No buscamos un parche temporal.

—Pero, por la normativa vigente, debería ser un técnico inactivo o que entrene en otro país. ¿Ve posible que esto cambie?

—Creo que el tema no está tan cerrado como antes. Es absurdo que exista esta normativa, porque partimos en desventaja con otras selecciones. Si el club y el entrenador están de acuerdo, no debería haber ningún impedimento.

—Por ejemplo, para que Plaza sea seleccionador. Joan ha insistido en que le gustaría.

—Creo que el sentir de Joan es un sentir mayoritario, que para muchos entrenadores sería un placer. Lo importante es que no se coarte ese sueño.

—Y siguiendo con temas futuros, ¿ve a España organizando el Mundial femenino de 2018?

—Hemos presentado a la FIBA un proyecto que va más allá del baloncesto y que pretende ser la locomotora del deporte femenino. Tenemos nichos diferenciales y queremos demostrar todo el trabajo y presupuesto invertidos. La próxima semana se fijará una fecha para la toma de la decisión, y sin menospreciar a nuestros rivales, hemos presentado un gran proyecto.

—Siempre ha dicho que Casa España en Dakar ha sido una de las medallas que ha obtenido en su mandato. ¿Tiene más proyectos sociales en mente?

—Claro. Tenemos en marcha más de 20 proyectos, algunos deportivos y otros para la mejora social a través del deporte.

—Diez años en el cargo, ¿se ve mucho más como presidente?

—Tengo compromiso hasta 2016 y hasta ese momento seguiré trabajando para hacer al baloncesto visible. No lo dude.