UNICS KAZÁN 75 - REAL MADRID 76
Llull le da la victoria al Madrid en Kazán a un segundo del final
Con 75-74 después del triple de White y 7,7 segundos por jugarse, otra vez Llull, como en la final de Copa del año pasado en Málaga, resultó decisivo. Real Madrid-Valencia Basket: Euroliga 2017
Del Palacio a Kazán, del Joventut al Unics, de canasta ganadora a canasta ganadora, de Felipe Reyes a Sergio Llull. Jugadas parecidas con distinta ejecución. En Liga, el domingo, Llull atrajo a la defensa y asistió al pívot blanco. Esta vez, en Kazán, botó de nuevo hacia su derecha pero no encontró pase interior y se la tuvo que jugar, uno contra uno frente a D’or Fischer, un excompañero de brazos eternos… Pasito atrás para salvarle y arriba. Un pie dentro de la línea de tres, otro pisándola y limpia (75-76). ¡Llull, Llull, Llull! Como en la Copa de Málaga.
Triunfo trabajadísimo del Madrid, que controló el partido. Pudo romperlo antes, pero su nefasta puntería lo impidió. Nefasta hasta que aparecieron Llull y, segundos antes, Nocioni, que con un triple igualaba a 72. Nefasta porque lanzó 46 veces de dos con un 41% de efectividad y 25 de tres con un 24%. En total, diez tiros de campo y once libres más intentados, lo que se explica por el dominio en el rebote ofensivo (9 a 16) y por el menor número de pérdidas (14 a 5). De ahí extrajo esas posesiones de propina que a la postre le dieron un sabroso triunfo pese a ceder una renta de once tantos (20-31 con muy buenos minutos de Mejri).
En defensa estuvo bien, cambiando en los bloqueos, arriesgándose a que Langford y Jerrells superaran a los pívots cuando se quedaban emparejados con ellos. Así sucedió casi en cada acción en los últimos minutos, con Ayón bailando con la más fea, cara a cara con el máximo anotador de la pasada Euroliga. Sí, Keith Langford. El escolta estadounidense entró en los últimos 90 segundos con 23 puntos tras meter el 60% de sus lanzamientos tanto de dos como de tres: 72-67. Pero ahí se quedó. Se le esperaba, pero tuvo un intento más y lo falló. Como erró Kaimakoglou sus dos cañonazos desde el 6,75 y Jerrells uno de dos. Con cinco de ventaja, la máxima del equipo ruso en el partido, y 1:20 para el bocinazo, Ayón encestó su cuarta canasta consecutiva.
Balones al mexicano como consigna desde mediado el último cuarto pese a jugar muy poco antes. Y a Titán Ayón le secundó Nocioni con su tercer triple para empatarlo todo (el argentino, por cierto, ha puesto al menos un tapón en 14 de las últimas 15 jornadas de la Euroliga, reflejo fiel de su intensidad). Y de nuevo el Madrid lo vio ganado, pero Maciulis erró un libre y Llull otro. Quedaban 13 segundos: 72-74. ¿Falta o no falta? Laso eligió en esta ocasión defender, la opción más natural, y James White castigó la decisión clavándola de tres: 75-74. A la lona a siete segundos del final. El resto ya es historia, es Llull. Es ponerse en pie de un brinco, es la toma de Kazán.