BARCELONA 83 - BAYERN MUNICH 81

El Barça escapa de una trampa

Un Bayern muy bien dirigido por Pesic fue mejor durante algunas fases y llegó vivo al último minuto. Pero el Barcelona resistió aferrado a Tomic, Navarro y Oleson.

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Xavi Pascual no sabe lo que es abrir una temporada con derrota en la Euroliga. Siete estrenos europeos al frente del Barça, siete victorias. Pero sí sabe lo que cuestan esos triunfos, del árido 67-60 del año pasado ante el Partizán al sudado 83-81 de esta nueva edición ante un Bayern de Munich que dejo claro que este es el grupo de la muerte. Con cinco representantes del último Top-16 y seis vigentes campeones de Liga, un tropiezo en el Palau habría sido un lío prematuro para el Barcelona. Pero ganó, aunque por los pelos.

El recuento de los Barça-Bayern era hasta ahora historia del fútbol europeo. En el primer duelo sobre una pista de baloncesto ganó el Barcelona, que iguala así todos los triunfos logrados ante el gigante alemán sobre césped (uno por cinco derrotas en ocho partidos). Al Barça, curioso, le llevaron al límite Djedovic (19 puntos, 7 rebotes) y Pesic. El primero se estrenó en Euroliga precisamente vestido de azulgrana, con 17 años y precisamente la última vez que el Barça arrancó en esta competición con derrota. Fue a las órdenes de Ivanovic y en un 81-78 en Belgrado en el que tronchó a los azulgrana un Nikola Pekovic de 21 años (29 puntos, 8 rebotes). Por entonces Navarro estaba en la NBA y Pesic entrenaba al Dinamo de Moscú. El estratega serbio, que va construyendo paso a paso un equipo de primera categoría en Munich, ganó durante muchos minutos el duelo a Pascual. Que era el duelo entre los dos entrenadores que han ganado la Liga para el Barcelona.

Por delante durante muchos minutos (54-59, minuto 27) a partir de un juego disciplinado que cubría con el rebote de ataque (6-12, 0-5 en el último cuarto) lo que no alcanzaba el talento, el Bayern ni siquiera se descompuso cuando encajó un parcial de 14-0 a caballo entre el tercer y el último cuarto: 68-59 para un Barça que no respiró tranquilo hasta el final y que necesitó dos triples decisivos de Oleson para acompañar a la batuta de Navarro y la actuación diferencial de Tomic, todavía mucho más jugador que Pleiss.

Entre los tres, con un buen capote de Nachbar y Doellman, sostuvieron a un Barcelona sin Satoransky y sin minutos para Hezonja y Lampe. Y con un partido malo de Huertas y Thomas y discreto de Abrines. El peligro sobrevoló el Palau hasta las últimas posesiones pero el Barcelona se aferró a dentelladas a un triunfo necesario para no tener que ponerse ya a echar cuentas en un grupo que es una piscina llena de tiburones. Así que objetivo cumplido en un partido que le llegaba al Barcelona demasiado pronto, con una defensa todavía demasiado frágil y, eso sí, un ataque que justo todavía de automatismos promedia 86,2 puntos en sus cinco primeros partidos oficiales. Una buena noticia con mucho trabajo todavía por delante.