VALENCIA BASKET 68 - OLYMPIACOS 71
Spanoulis y Sloukas despiertan al Valencia en su regreso
Una serie de errores a la hora de cerrar el rebote defensivo condenó a los taronja en los últimos segundos, donde Sloukas decidió desde le línea. Buen partido de Spanoulis.
Valencia Basket se topó de bruces con lo que es la Euroliga. Rivales con glamour, estrellas en frente, emociones fuertes, arbitrajes sibilinos… Pero sobre todo, mucho nivel. Estuvo en un tris el equipo taronja de dar la sorpresa pero las horas de vuelo de Olympiacos pesaron en el momento de la verdad. Con 68-68, a falta de seis segundos, una falta más que dudosa a Sloukas le dio una ventaja definitiva. Los de Perasovic estuvieron notables pero aún así les faltó el golpe definitivo para batir a uno de los gallitos de la Euroliga.
A pesar de que tenía un transatlántico delante, Valencia salió sin complejos. Harangody y Sato le dieron sus primeras ventajas en su retorno a la Euroliga. Pero nada es tan fácil en la segunda mejor liga del mundo. No es que Olympiacos arrancara demasiado entonado pero sus atléticos pívots (Hunter y Petway) intimidaban más por sus altos vuelos que por su acierto, todo hay que decirlo. Eso sí, en el primer cuarto, acapararon el rebote tanta en canasta propia como en ajena (4-10), lo que empezó a darle segundas oportunidades a su equipo.
Sin brillo pero dentro del partido a pesar de que Lucic enganchó un 2+1 y un triple que enchufaron a La Fonteta. Valencia cogió ahí su primera leve ventaja pero Spanoulis decidió intervenir. Sin demasiados alardes se llevó el partido a su terreno. Protesta por aquí, asistencia por allí, triple por allá le dio la vuelta a la tortilla. Dos triples suyos consecutivos le dieron la mayor venta a los griegos (33-38, min. 19). Otro de Sato, sobre la bocina dejó un abierto 36-38 al descanso.
Tras el asueto, Valencia exhibió un juego más coral. Van Rossom, Aguilar, Buycks que compareció por primera vez… Enfrente, primero Spanoulis y después Sloukas tiraban del carro griego.
El partido estaba en el alambre. Y Valencia decidió bajar al barro y apretar en defensa. Ganar o explotar. Así, cortocircuitó al ganador de la Euroliga en 2012 y 2013 en el cuarto de la verdad. Un gancho de Harangody puso un 62-58 ilusionante. Van Rossom tuvo un triple para poner una ventaja casi definitiva. Pero ahí apareció Spanoulis para asistir a Hunter y Lojeski, puro hielo, que pusieron un parcial de 0-8 moral para los taronja. Aún tuvo arrestos Valencia para igualar a 68. Pero la suerte le fue esquiva. Un balón que se iba fuera acabó en las manos de Sloukas que forzó una protestada falta. Falló uno y cogió su propio rebote. Dos nuevos tiros libres fueron el final.