EE UU-Lituania: todo un clásico moderno previo a la gran final

Una Lituania limitada sigue siendo Lituania: tozuda, peligrosa y capaz de meter a Estados Unidos en problemas”. Así hablaba la prensa estadounidense de Lituania antes de la semifinal que les enfrentó en Turquía hace cuatro años (89-74 con 38 puntos de Kevin Durant). Fue el noveno duelo entre ambas selecciones desde las semifinales de Barcelona 92, donde el Dream Team barrió (127-76) al equipo que después un documental bautizó como el otro Dream Team: Sabonis, Marciulionis, Homicius, Kurtinaitis…

Aunque la Argentina de Ginóbili y Scola y la España de Gasol y Navarro han sido sus grandes rivales de los últimos años, no hay ningún equipo al que Estados Unidos respete tanto como a Lituania. Por mística y coraza competitiva: de los nueve partidos que ha perdido EE UU (por 90 victorias) entre Juegos Olímpicos y Mundiales desde 1992, dos han sido ante Lituania: 84-82 en el Mundial de 1998, 94-90 en Atenas 2004. A eso hay que sumar sustos para el recuerdo como el 85-83 que pudo invertir un triple agónico de Jasikevicius en las semifinales de Sidney 2000. O en Londres, hace dos años, donde tocó remontada a lomos de LeBron James (99-94).

Valanciunas. Las apuestas están contra Lituania, en semifinales pese a la crucial baja de Kalnietis. Sus bazas son el tiro exterior y el despegue de Valanciunas (17 puntos y 13 rebotes de media en los cruces), pívot NBA que pondrá a prueba el estilo poco ortodoxo de un Team USA que llega con el impulso de su excelente segunda parte ante Eslovenia en cuartos.