GRUPO B | ARGENTINA 71 - GRECIA 79
Un gran Bourousis obliga a Argentina a medirse con Brasil
El pívot, el mejor a lo largo de la noche, apareció para acabar con el intento de remontada de la albiceleste comandada por Campazzo. La invicta Grecia se verá las caras con Serbia.
Argentina y Grecia, los cocos del grupo B, se midieron en uno de los partidos más atractivos en lo que va de Copa del Mundo. No defraudó. Cierto que no fue un encuentro al uso, pero la intensidad y emoción que pusieron ambas selecciones fue de agradecer para el espectador. Finalmente la victoria fue para Grecia (71-79), quien mandó en el marcador durante toda la noche, pero que a punto estuvo de ver cómo se le escapaba una ventaja de 19 puntos cosechada a comienzos del tercer cuarto. Los de Lamas, espoleados por su animosa afición, no se dieron por vencidos y primero a tirones (un poco de Herrmann y otro poco de Scola) y ya en los minutos finales aprovechando que a Campazzo se le encendió la bombilla (anotó ocho puntos casi consecutivos que pusieron el 68-70 a 4:26), estuvieron cerca de culminar una gran remontada.
A partir de ese momento pagaron el esfuerzo realizado. Justo a la vez que volvió a emerger la figura de un magnifíco Bourousis. El pívot del Madrid, motivado durante toda la noche, hizo de apagafuegos y acabó condenando a los argentinos a medirse en octavos con Brasil. Sin duda alguna, el enfrentamiento estrella de la primera ronda de los cruces. Rubén Magnano, el entrenador que hizo a la albiceleste campeona olímpica hace 10 años en Atenas, tiene ahora en su mano eliminar a la selección de su país y de paso poner fin a la andadura de la generación de los Scola, Nocioni, Herrmann, Prigioni, Ginóbili (ausente en España) y compañía. Pero para eso habrá que esperar a este domingo.
Por su parte, Grecia consigue acabar como invicta la fase de grupos. Algo que adquiere aún más mérito cuando revisamos los otros dos únicos equipos en conseguirlo: Estados Unidos y España. Ahora, los de Katsikaris protagonizarán otro de los grandes clásicos del baloncesto mundial ante la Serbia de Djordjevic.
Pero, como decíamos, y volviendo a lo ocurrido en la cancha, hayq que recordar las distintas fases por las que atravesó el duelo. Se pasó de un inicio igualado en el que Scola y Bourousis capitalizaron las acciones ofensivas de sus equipos. Con el paso de los minutos, los helenos fueron tomando poco a poco ventaja a base de triples. Anotaron seis, todos ellos en la primera mitad. El último lo firmó Nikos Zisis, buen partido el suyo, en el último suspiro antes del descanso (33-44). El escolta lo celebró con énfasis en la cara de Campazzo, quien había intentado taponarle. La jugada dio lugar una pequeña tángana. Dos equipos que en ocasiones se dejan llevar por la pasión. No quedó en nada la cosa.
Bueno, sí para Argentina, que en un abrir y cerrar de ojos (con técnica a Nocioni de por medio) vio como Grecia se disparaba en el electrónico (33-52). A partir de ese momento, el encuentro en una fase de parciales favorables a uno y otro equipo en el que la albiceleste iba consiguiendo reducir la ventaja punto a punto. Hasta que apareció Campazzo, quien estaba completando una mala actuación hasta ese momento. Es lo que tienen los genios (y el argentino parece que lo es). Sin embargo, su nuevo compañero de equipo, Bourousis, apareció para robarle los focos. Él fue el protagonista.