GRUPO D | ESLOVENIA 89 - MÉXICO 68
Ayón sucumbe bajo la autoridad de los hermanos Dragic
Los eslovenos Goran (18 puntos) y Zoran (22) no dieron ninguna oportunidad a una selección mexicana, donde el ex del Fuenlabrada (23) estuvo muy solo.
Eslovenia va en serio. El conjunto balcánico, liderado por los hermanos Dragic, Goran (18 puntos, 6/8 en tiros de campo) y Zoran (22 tantos, 100% en tiros de campo con 4/4 desde el triple), dio un nuevo recital ofensivo (10/21 desde el perímetro) y destrozó a una México (89-68) en donde sólo Gustavo Ayón (23 puntos) parece tener el nivel suficiente para enfrentarse a jugadores de la talla de los eslovenos y no sucumbir bajo la presión de una gran cita como es una Copa del Mundo. Su reacción debe ser inmediata o sus horas en España están contadas.
Con esta contundente victoria, los pupilos de Jure Zdovc se consolidan como la gran ballena blanca del grupo D junto a Lituania. El enfrentamiento entre ambos de la última jornada (jueves 4, 21:30) determinará, sin no hay ninguna sorpresa mayúscula, quién será el líder del grupo, lo que significaría evitar a Estados Unidos hasta una hipotética semifinal.
El encuentro comenzó con una idea clara en Eslovenia: finiquitar el duelo lo antes posible. Y todo funcionó a la perfección. Con un Zoran Dragic mayúsculo (3/3 en triples en este cuarto), los europeos a llegaron a dominar por +16 (20-4). Los norteamericanos reaccionaron cuando Zdovc puso a su segunda unidad en pista: un tapón de Ayón y un triple de Hernández establecieron el 22-16 en el marcador, lo que devolvió de forma inmediata a la pista a Goran Dragic, que aunque estuvo apagado en los primeros 10 minutos, supo acabar el cuarto como sólo una estrella de la NBA sabe: canasta de malabarista para cerrar los primeros minutos.
El empuje mexicano continuó en el segundo cuarto y el empate llegó en el minuto 8 (26-26) de la mano de Ayón. Sólo fue una ilusión, ya que de nuevo el jugador de los Phoenix Suns contestó al ex de Fuenlabrada con cuatro puntos consecutivos (33-26) y, esta vez sí, la segunda unidad eslovena cumplió su cometido, con Klobucar guiando, y pusieron el 46-37 al descanso.
Una ventaja, que minuto a minuto, fue aumentando para los eslovenos. Las perdidas (20 por las 11 de los europeos), las malas decisiones en ataque (5/13 en triples), la falta de concentración en defensa y la soledad de Ayón cavaron la tumba de los de Valdeolmillos, cuyas tímidas reacciones nunca dieron sensación de peligro.