Turquía firma un 0-15 al final para evitar el susto

Una técnica y una falta antideportiva a Nueza Zelanda despertaron a Turquía, que casi nunca cautiva pero se aupó al final a un 0-15 (de 72-61 a 72-76) para evitar sustos. El BEC mostró sus colores y simpatías: se desató a favor de los kiwis ante lo que creía algún favor arbitral a los otomanos.

Nueva Zelanda es otro de los desconocidos de la Copa del Mundo. Al primer partido todos le tienen miedo siempre. Pero desde las antípodas llega esta gente para demostrar desparpajo. Lo hizo en el primer repique de campana, ante una Turquía que casi nunca acaba de romper. Salió tan fría que el técnico hizo tres cambios aún sin sudar con el 6-2.

Es verdad que llegan a España con notables ausencias, que dependen demasiado de tres piezas, en especial el NBA Asik, pero se les debe exigir más que el debut sin chicha ni limonada de hoy en Barakaldo. Y eso que Turquía hizo lo más difícil remontar una amplia desventaja en el cuarto final, ante un enemigo al que le faltaron piernas.

La orfandad en el rebote condenó un rato largo a los pupilos del irascible Ataman. Trece en su aro se dejó coger en la primera parte, y así es casi imposible sacar un partido adelante. Pero lo levantaron. De Corey Webster se sabía que se llama igual que un jugador, más célebre, de fútbol americano. Y que juega con su hermano Tai. Es un escolta de 1,85 que domina todas las facetas del perímetro como un crack. La defensa rival se centra en esa fuente de anotación que es Penney y hay otro por ahí que lo aprovecha. Volvió loca a Turquía, lideró la ventolera kiwi y dio un paso al frente como una de las revelaciones del torneo.

Vucinic veía que las ideas se bloqueaban y forzó una técnica con 72-66. Luego llegó la antideportiva a Tunceri (el viejo lobo del parquet siempre revoluciona el gallinero) y Turquía, con Preldzic y Savas al aparato, se sintió la jefa de un partido que había visto perdido. En un debate vibrante, Corey Webster tuvo en sus manos el triple para forzarla prórroga. Untiro frontal claro, pero el aro se lo negó. Hubo otra opción a falta de 11 segundos. Turquía no quiso hacer falta y Penney rozó la gloria casi sobre la bocina. Tampoco salió cara.