GALATASARAY 74 - REAL MADRID 85
El Madrid gana y tiene más cerca el factor cancha en cuartos
Con Mirotic soberbio como alero en el tercer cuarto, terminó por controlar al Galatasaray de Carlos Arroyo y consiguió su octava victoria en el Top-16. El Maccabi, a dos triunfos.
A falta de que las matemáticas den el sí quiero, un trámite, el Madrid ya ha amarrado el pase al playoff de cuartos de final. Pero en Estambul hizo algo aún más trascendente: dio un brinco en la clasificación para asegurarse el factor cancha, un triunfo que vale doble por la derrota un par de horas antes del Maccabi ante el Lokomotiv Kuban (78-76). Los blancos siguen líderes, aunque comparten la primera plaza con un CSKA muy potente, al nivel del de sus mejores años, y ambos aventajan ya en dos triunfos al equipo israelí. Tiene pinta de aclarado en la tabla. Recuerden que sólo los dos primeros tendrán esa codiciada ventaja de pista en las eliminatorias.
Con algunas dudas revoloteando en el ambiente, sobre todo provocadas por las bajas de Carroll y de Draper y la posible fatiga extra, el Madrid completó un partidazo. El rival, el Galatasaray, no es el lobo feroz, pero lleva dentro más de lo que ha ofrecido hasta ahora. En cualquier caso, un enemigo incómodo, y más en Estambul. Su problema es que persiguió al Madrid a pie cambiado. La apertura fue blanca (Rudy firmó un 0-7) y luego se movió siempre para neutralizar los movimientos del adversario. Como si se sintiera muy inferior. Ni siquiera aspiró a firmar las tablas. Le faltó pujanza de salida para acercar más al contrincante a las cuerdas, a sus límites, y le faltó empaque para dar réplica en la batalla táctica.
No había contraataques, pero el Madrid anotaba con fluidez y se guardaba esfuerzos en la retaguardia. O eso parecía. Laso manejó muy bien las rotaciones, las redujo en el juego interior por el gran día de Bourousis y tiró pronto de Dani Díez para aliviar a los exteriores. Sólo expuso al ácido láctico a Llull, que empeoró su porcentaje en el tiro (1 de 7 en triples); pero que hizo un enorme trabajo defensivo, también sobre Carlos Arroyo (16 puntos), que lo decide casi todo en el Galatasaray: Arroyo sistema.
Bourousis, poseído por el espíritu tirador de Carroll, no erró su primer lanzamiento hasta el último cuarto. Y tuvo un papel de peso en el tercer periodo, cuando Laso volvió a ensayar con Mirotic de alero alto y el griego se abrió para ensanchar la pista. A Mirotic le vimos emparejado con Hairston, incluso puntualmente con Domercant y Guler, y la prueba no pudo salir mejor. Los de Ataman amagaban con una zona 2-3 para luego ponerse en individual. El Madrid no se despistó y Mirotic rompió a anotar. Supo siempre —y lo supieron sus compañeros— donde hallar la ventaja (11 de sus 18 puntos llegaron en ese tercer parcial). Y en defensa ni se inmutó. A cambio, dominio total en el rebote. Rendimiento óptimo atrás de todo el bloque, con algún despiste puntual en la marca de Erceg y pocas pegas más.
En esos minutos, y sin Sergio Rodríguez, sobremarcado en el primer tiempo, el Madrid ató medio partido (del 43-45 al 50-60). El otro medio corrió a cargo de Darden. Mate y triple vengativo tras recibir una técnica: 55-70. Mucho equipo este Madrid. Victoria de mérito, más de lo que parece. Que son ya 44 de 45.