ANADOLU EFES 61 - REAL MADRID 86
El Real Madrid iguala el mejor inicio europeo de su historia
Suma en Estambul su décima victoria, vigésimo segunda consecutiva del curso, y acaba invicto la primera fase. Parcial de 12-32 en el último cuarto con un gran Sergio Rodríguez.
En lo individual y en lo colectivo a este Madrid empiezan a acabársele los adjetivos y a faltarle sólo los títulos. Y eso que de inicio en Estambul añorábamos el duelo de la ida en el Palacio (103-57), uno de sus mejores partidos de siempre en competición europea. Pero esto es como acaba y terminamos vitoreando la exhibición madridista, la de un sobrecogedor Sergio Rodríguez, y la de Mirotic, Reyes y compañía. Por más que el equipo blanco repita cuartos del calado del último, resulta difícil verlos venir. Esos chispazos no se intuyen, llegan y te dejan sin aliento. Descerrajó un parcial de 0-17 (12-32 en el periodo) para hilvanar un 10-0 en la Euroliga e igualar el mejor arranque europeo en la historia del club (1992-93 y 81-82). Ya son 22 triunfos seguidos en este inicio de campaña, a sólo uno de los 23 del Madrid de Pedro Ferrándiz (1960-61). Va de récords.
El Anadolu Efes se jugaba la clasificación (y se coló por la gatera en el Top-16 por la derrota del Bamberg ante el Zalgiris: 80-84). Uno de los presupuestos altos de Europa deprimido por juego, motivación y apoyo de la grada. En crisis. Frente a un Madrid que trata de pasar una etapa valle de la temporada sin atragantarse como en diciembres anteriores. Entró en el duelo alejado de su versión deslumbrante, sin Carroll y con un Bourousis que volvió, pero a ciegas. Literal. La máscara con la que se protegía de la fractura en el pómulo derecho limitaba su visión. Se la quitó desesperado, pero Laso optó por devolverle al banco. Rachas al margen, no había nada más en juego sobre el parqué. A la espera del Valencia, del Joventut y del Barça, no era momento de arriesgar.
El Efes había saltado a la pista aún con el escozor de la paliza de hace cinco semanas, aleccionado para limitar las pérdidas y los contragolpes, atento a los tiradores, dispuesto a fajarse en el rebote (su talón de Aquiles) y a defender con intensidad, incluso dureza. Así, el duelo se movió en una horquilla estrecha, con Laso rotando, dando varios minutos a Dani Díez en el segundo cuarto para que marcara a Planinic, un base de dos metros al que le gusta sacar ventaja en el poste. Del 34-38 del descanso se pasó al 45-41 tras tres triples de Savanovic (minuto 25). El Madrid no defendía bien a los pívots abiertos y Dragicevic añadía otra diana.
Llull encadenaba ocho puntos en esos momentos duros. Tiraba del carro junto a Felipe Reyes (13 puntos y 10 rebotes), como en la pasada jornada liguera. La intensidad defensiva había subido un peldaño y se les añadió pronto Sergio Rodríguez y Mirotic. No parecen de este planeta. El sprint final de Sergio, en concreto, fue un escándalo (30 de valoración, 6 de 6 en triples y 24 puntos, 13 en el cuarto). Dilema en el Abdi Ipekçi: silbarle para ver si flaqueaba o rendirse a la evidencia. Y optaron por los aplausos, rotundos. El Madrid sigue en racha, de fiesta: 10-0 en Euroliga y 22-0 en toda la temporada. Registros propios de su época más dorada.