El Madrid ganó su tercer partido seguido de la Liga Endesa en el Palacio de Deportes, pero en el de Murcia. ¡Y vaya si se notó! Primera salida y de las aguerridas, otra historia, nada de paseos plácidos por la calle Goya. En Murcia, además, hicieron caso a Óscar Quintana, y no nos referimos a la Policía local y a la broma del técnico de cercar el hotel madridista, sino a sus jugadores. Intensidad plena de inicio que puso en apuros al Madrid como ningún otro equipo lo había logrado hasta ahora. De hecho, el UCAM hizo más en media parte que el resto de rivales en el partido entero: 48-45 al descanso.
Esa ambición de salida y la movilidad, tamaño y físico de sus pívots trastocó a los blancos. Ni Bourousis ni Slaughter podían con sus adversarios, Mejri se cargó con tres faltas (en tres minutos y medio) y Kim Tillie, un atleta de 2,11 m, de familia de grandes deportistas, descolocaba a la defensa visitante con sus continuaciones, con su manera de encarar el aro. Una y otra vez: 13 puntos, 16 de valoración y 5 faltas recibidas en 11 minutos (23 y 10 rebotes al final). El francés mostró el camino por el que adentrarse y hacerle pupa a un enemigo que eligió parar a los tiradores. Con los chispazos de Llull en ataque no les bastaba a los de Laso.
En la reanudación, Antelo, perla de la cantera blanca hace diez años, siguió puliendo la pintura hasta alcanzar la máxima renta: 53-45. Entonces, una técnica a Lima hizo de espoleta para una ráfaga huracanada del Madrid que a la postre le dio la victoria. Un empujón que duró poco más de dos minutos, pero que resultó demoledor: 0-13 y 55-63 tras varios robos con Draper en pista y con Mirotic oliendo a perfume caro, con gestos técnicos ‘top’, que diría aquel. Nueve tantos en ese tramo. El Real recordó al equipo avasallador de anteriores jornadas, aunque sólo un ratito, porque en esta se cruzó con la realidad de la Liga Endesa. Competitiva y dura.
El UCAM Murcia fue capaz de agarrarse otra vez al salvavidas de Tillie (69-69). Pero por ahí andaba Rudy marcando territorio, sin parar de sumar. Un taponazo suyo saltando a dos manos en un contraataque claro de Berni Rodríguez acabó en triple de Bourousis. Un jaque al UCAM que Carroll convirtió en mate con un 2+1: 71-83. El partido se enfangó porque Óscar Quintana tensó la cuerda con sus protestas, Rudy le dio una palmada en la coronilla a San Miguel que no venía a cuento y éste respondió en la siguiente acción con una falta antideportiva. Tangana sin consecuencias y técnica a Sergio Rodríguez en el alboroto posterior. Y aún hubo otro conato de incendio cuando Lima fue a pedir explicaciones de no sé qué. Desenlace feo, pero sin intervención de los bomberos, en un choque con garra, de los clásicos de nuestra Liga. La buena, la mejor de Europa.
